Científicos de la universidad Johns Hopkins confían en aprender más sobre el envejecimiento humano y la propensión de los astronautas a padecer arritmias cuando están un tiempo prolongado en el espacio, gracias a un tejido miocárdico que será enviado a la Estación Espacial Internacional.
Está previsto para este viernes el inicio de una nueva misión de reabastecimiento a la Estación Espacial Internacional (EEI) con ayuda de la capsula de carga Dragon de Space X, que será lanzada a bordo de un cohete de la compañía desde Cabo Cañaveral (Florida).
Una de las investigaciones que van a realizarse con material enviado a la EEI la harán científicos de la Johns Hopkins que medirán en directo la actividad de varias muestras de tejido miocárdico contenidas en un chip del tamaño de un teléfono celular pequeño, valiéndose de un sensor de movimiento magnético.
En un comunicado, Deok-Ho Kim, investigador principal del estudio y profesor titular de ingeniería biomédica en la Universidad Johns Hopkins (Baltimore), dijo que la ciencia sabe que “la ausencia de gravedad propicia el envejecimiento en el ser humano”.
Con este estudio se pretende “entender” este proceso de envejecimiento y “contrarrestarlo”, así como desentrañar “el motivo por el que los astronautas presentan una actividad cardíaca disminuida y son más propensos a padecer arritmias graves”.
Con los resultados de esta investigación, se espera proteger la salud cardiovascular de los astronautas que emprenden largas misiones en el espacio, así como obtener información sobre cómo tratar las cardiopatías.
La información que se derive de esta investigación podría ser útil para entender la fisiología del organismo adulto y, junto con el sistema biomimético, facilitar la elaboración de medicamentos y demás mecanismos terapéuticos, subrayó la universidad.
Al cabo de un mes, las muestras volverán a la Tierra a fin de analizar las diferencias en la expresión génica y en la contracción cardíaca producidas por la micro gravedad.