La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró octubre como el mes de la concientización sobre el cáncer de mama, el llamado ‘mes rosa’, haciendo hincapié, en particular, el día 19 del mismo mes.
Cada año, el mundo se une en una lucha que, gracias a los avances médicos y científicos, gana más batallas. El reto pendiente es que esa batalla sea victoriosa también para las mujeres en condiciones de precariedad económica, al igual que aquellas que viven en comunidades de difícil acceso a servicios médicos y preventivos.
El cáncer de mama no distingue raza, color de piel, nivel socioeconómico o situación geográfica. Es una enfermedad tan recurrente, que cada 30 segundos se diagnostica cáncer de mama en algún lugar del mundo, de acuerdo a la OMS. De ahí la importancia de poner el acento para crear conciencia en la prevención y detección temprana. Se estima que en el mundo cada año mueren 685 mil personas por cáncer de mama.
En el caso mexicano, es la primera causa de muerte de cáncer en las mujeres, según la Fundación de Cáncer de Mama (FUCAM). Por lo tanto, el diagnóstico oportuno es los más importante, para buscar la supervivencia de la paciente, si un cáncer de mama es detectado tempranamente, y no se ha extendido a otras partes del cuerpo, la tasa de supervivencia a cinco años puede ser de hasta el 97 por ciento.
En materia de prevención y detección temprana, especialistas recomiendan que las mujeres a partir de cierta edad, además de las mujeres localizadas en grupos seleccionados con factores de riesgo, se practiquen una mastografía anualmente, situación que no siempre es factible para aquellas que habitan en comunidades rurales o de difícil acceso a servicios de salud especializados, que en ocasiones suelen hacer recorridos por horas, solo para recibir un chequeo médico, servicio por el cual suelen esperar por meses, a veces años.
Desde FUCAM Oaxaca, se promueven acciones concretas para que la prevención del cáncer de mama, alcance a las mujeres indígenas como: exigir que toda la información sea traducida a sus lenguas maternas, que las unidades móviles de salud cuenten con un intérprete y que existan clínicas donde puedan hacerse revisiones anuales, al tiempo de recibir tratamiento cuando se dé una confirmación de la enfermedad.
Aunque ya existen programas y proyectos que acercan servicios de salud a las comunidades indígenas, en el “Mes Rosa”, es importante que autoridades en el cuidado de la salud, tengan presente y no olviden la importancia de no dejar a nadie atrás en la prevención del cáncer de mama, y que en las políticas públicas contra esta enfermedad las mujeres rurales no sean excluidas y olvidadas.