Por fin, después de intensas batallas jurídicas y políticas, mañana Américo Villarreal Anaya tomará posesión como gobernador de Tamaulipas.
El camino no fue nada fácil, ya que estuvo plagado de acusaciones de todo tipo por parte de los partidos contrarios a Morena, PT y PVEM que, jugando todas sus cartas, llevaron el caso a los tribunales electorales, pero, sin aportar elementos suficientes e idóneos de prueba para acreditar su dicho, sustentándose en su mayoría únicamente en notas periodísticas.
La última carta que el PAN puso sobre la mesa, fue la supuesta inelegibilidad del doctor Villarreal con motivo de la solicitud de licencia para reincorporarse al Senado; sin embargo, la Sala Superior del Tribunal Electoral, al resolver el expediente SUP-JRC-101/2022, determinó que el agravio expuesto resultaba infundado, ya que, si bien, Villareal Anaya solicitó su reincorporación como senador de la República en días previos a la fecha de la toma de protesta a la gubernatura, no existía impedimento para que así lo hiciera, además que dicha reincorporación no afectó las condiciones de equidad en la elección.
Lo anterior, según el fallo, porque la separación del cargo debe iniciar con la antelación prevista por la normativa correspondiente y perdurar hasta después de la jornada electoral; por lo que al concluir los periodos del proceso en los que pudiera tener real incidencia el ejercicio de la función pública en la equidad de la contienda, las personas servidoras pueden reasumir sus funciones respectivas.
En consecuencia, en la sentencia se dice que el hecho de que se aprobara que Américo Villarreal regresara a ocupar el cargo de senador que ostentaba previo a su separación para contender en el proceso electoral para la renovación de la gubernatura, en modo alguno puede tornarse como un impedimento o causa que lo inhabilite para, en su caso, tomar protesta y ejercer el cargo de gobernador.
Por lo tanto, el Tribunal Electoral confirmó el cómputo estatal, la elegibilidad y la declaración de validez de la elección, así como la entrega de la constancia de mayoría, expedida a favor del candidato electo.
Habemus gobernatore y Américo no se puede dar el lujo de fallar, pues el pueblo tamaulipeco harto de los graves problemas de violencia, inseguridad y narcotráfico votó por la alternancia y tiene confianza en que las cosas van a cambiar para bien.
Por cierto, en el estado norteño nos comentan que la lucha jurídica durante toda la elección fue encabezada por el abogado Andrés Norberto García Repper Favila, representante suplente de Morena ante el Instituto Electoral local, quien a capa y espada defendió la candidatura del nuevo gobernador, y también fue el defensor del grupo parlamentario del partido guinda en el Congreso del estado durante el conflicto por la elección de la Diputación Permanente. Esperemos que le haga justicia la revolución.
Plancha de quite: “Uno debe de ser un zorro con el fin de reconocer las trampas y un león para ahuyentar a los lobos”. Maquiavelo.