Por Karen Cota
Parece que para el presidente López Obrador usar extinguidores para detener una marcha o manifestación no es represión. Se ha dicho por la boca de cientos de expertos en recursos humanos, que no se debería utilizar NADA para reprimir un derecho legítimo de manifestarse. Lo que sucedió el 28 de Septiembre fue una represión en toda la extensión de la palabra y eso se parece a lo mismo que él hubiera criticado de las administraciones anteriores.
Independientemente de lo que uno piense sobre el aborto, sabemos que quien garantiza la no violencia principalmente, es el gobierno. Son ellos los que deben dar el ejemplo y actuar conforme a derechos humanos.
En la manifestación feminista del 28S se usaron tácticas y estrategias que han sido más que señaladas como violatorias a los derechos de las personas. Encapsular, por ejemplo, es una práctica que no es legítima y fue creada para detener, estropear y obstaculizar los derechos de las personas manifestantes. Amnistía Internacional de México desplegó información sobre esta práctica en su cuenta de Twitter, tras explotar los ánimos en la marcha feminista que ese mismo día se llevaba a cabo en el centro histórico de la Ciudad de México.
Pero lo sorprendente llegó al día siguiente, cuando todos veíamos el 29 de septiembre como ambos defendían las decisiones policiales tomadas un día anterior. En una mañanera llena de suposiciones, descalificaciones y “el qué dirán”.
AMLO asegurando que si las manifestantes se quitaran la capucha sus familiares no estarían de acuerdo con lo que hacen. Como si eso fuera un problema, para mujeres que han sufrido violencia de género en su máxima expresión. Lo que llaman violencia (pintas en los monumentos) no la provocan solamente los infiltrados, desafortunadamente es el resultado de años y años de gobiernos indolentes que solamente han volteado hacia otro lugar, para evitar trabajar, evitar y prevenir la violencia feminicida.
La jefa de gobierno da información sobre otra mujer, que tenía un puesto directivo en una empresa que tiene un proceso con las autoridades de justicia del país por emitir presuntas facturas falsas en la era de Peña Nieto, es decir, completamente harina de otro costal. Y que dijo, “presuntamente financia” al movimiento feminista que tiene tomada la Comisión Nacional de Derechos Humanos, y todo porque googlearon que llevó víveres a la toma del edificio donde estaba la CNDH.
Y así, como en los tiempos priístas, la estrategia para desarticular a los grupos opositores es la vieja confiable, “difama a tus contrincantes y planta la duda en la ciudadanía”. Los gobiernos anteriores supieron muy bien cómo dejar su legado.
Plus: Hoy es un día especial; hace 24 meses se creó un equipo de trabajo que a diario se compromete con la verdad y la transparencia. Muchas felicidades a ContraRéplica por su segundo aniversario. Es un honor colaborar en este gran equipo.