Austeridad o mutilación del INAH

En tiempos de Miguel de la Madrid, sexenio que se caracterizó por una inflación desmedida, inició el uso institucional de la palabra “austeridad”, que significaba recortes y reducción de la burocracia, donde se desmantelaron departamentos de control y seguimiento, organización y métodos, entre otros; los cuales hacían eficiente al Estado mexicano, en aras de preservar las áreas de confianza de los altos funcionarios.

Austeridad en el gobierno, desde ese tiempo, significó mutilación de áreas operativas básicas que no son prioridad política del gobierno en turno, es decir, llevamos 48 años desmantelando al Estado mexicano y después nos preguntamos por qué estamos así.

Los recortes idóneos presupuestales se hacen conformando un equipo íntegro con liderazgo técnico que toma decisiones rápidas, sin que éstas sean impulsivas, que escucha claramente a las áreas involucradas susceptibles de desaparecer, siempre valorando la experiencia. Todo esto se realiza con un enfoque pensando en el futuro, no sólo para salir de una crisis; aprovecha e incluso toma decisiones para incorporar innovación y mejora tecnológica y, lo más importante, todos tienen conocimiento sobre qué está pasando y se involucran para llegar a un mismo objetivo.

El Instituto Nacional de Antropología e Historia es uno de los más importantes del mundo, ya que está encargado del acervo histórico del país, desde la época prehispánica hasta el siglo XIX. La riqueza cultural de México es tan basta que es un motivo de orgullo para los que nacimos aquí. A pesar de que sistemáticamente ha padecido falta de apoyo, recortarle el 75 por ciento de su presupuesto es letal, significa abandonar sitios arqueológicos, investigaciones avanzadas, retrasar el conocimiento de nuestros orígenes y propiciar un aumento del saqueo patrimonial de nuestro país.

Los mexicanos votamos para mejorar, este gobierno recibió al país en condiciones muy delicadas; sin embargo, ha tenido errores que han frenado la economía de manera artificial y para rematar llegó el Covid, es decir, estamos en la tormenta perfecta, pero no es mutilando como vamos a salir de esta crisis heredada, propiciada y desafortunada.

Definitivamente se nota la desesperación por obtener recursos para proyectos que por sí mismos no sostendrían la economía del país, respeto que el presidente no quiera recurrir a préstamos; sin embargo, con las decisiones que está tomando ya ni siquiera nos van a querer dar crédito o lo harán con un alto costo tanto en intereses, como en condiciones.

EN POSITIVO, en mi apuesta al amor que dicen profesar por México, me dirijo a los pocos miembros del gabinete con una visión de estadistas, en especial a los que escucha el presidente, para hacerle entender que esos recortes de áreas estratégicas no contribuyen en nada al boquete presupuestal que existe y sí puede desaparecer parte de la historia de México, el daño sería incalculable.

@JefeMaestro01

@oscarroaflores