Columnas
El peso mexicano cerró este viernes alrededor de 19.28 pesos por dólar en el mercado interbancario del país, todavía está lejos de los niveles registrados el día previo a la elección presidencial cuando se ubicó en 16.99 unidades, pero se aleja de sus máximos posteriores en 20.40 pesos por dólar.
Hay dos preguntas interesantes que deben hacerse al respecto: ¿Qué cambió?, ¿por qué si todo mundo juraba que el país iba a colapsar junto con el peso si se aprobaba la reforma judicial, no sucedió así?
El peso se ha apreciado, al grado de que durante los escasos días que lleva la actual administración federal en México a cargo de la presidenta Claudia Sheinbaum, ha ganado prácticamente 2 por ciento, no es gran cosa pero sí suficiente para un inicio de sexenio positivo en esta materia.
La respuesta de la apreciación de México se encuentra muy lejos del país, al menos un alto porcentaje de dicha respuesta ya que no hay que negar que por el momento los mercados nacionales y extranjeros le han otorgado cierto voto de confianza a la presidenta del país en el inicio de su sexenio.
La guerra, la "bendita" guerra está beneficiando a México una vez más, o podríamos decir, "benditas" guerras en plural, ya que son varios los conflictos en el mundo, y no solamente de índole bélico.
De hecho, la primera guerra que benefició a México fue la guerra comercial desatada ya hace algunos años entre Estados Unidos y China, lo que ha redireccionado miles de millones de dólares en inversiones hacia destinos como México, más bien dicho, preponderantemente a México.
Luego vino la guerra Rusia-Ucrania, que incrementó la aversión al riesgo para algunas naciones europeas y aumentó el atractivo de nuestro país como destino de inversión.
Más recientemente lo sucedido en los días recientes en Oriente Medio con la escalada bélica entre Israel-Hamas-Irán, ha beneficiado a México incluso en una doble vertiente.
La primera de las vertientes tiene que ver con el aumento del riesgo financiero, provocando que los capitales busquen refugios más o menos seguros como México; además el dólar se fortalece y esto es muy relevante porque si bien el peso no deja de ser una moneda emergente, tampoco su economía deja de formar parte del bloque comercial más importante del mundo, el de norteamérica, encabezado por la mayor economía global de nuestros tiempos.
La segunda vertiente de beneficio tiene que ver con los precios internacionales del petróleo, su incremento podría redundar en beneficios para las finanzas nacionales por incremento de los ingresos petroleros, justo en momentos en los que más los necesita para disminuir el abultado déficit fiscal del país generado por el proceso electoral, ubicado en 5.9% como proporción del PIB, el más alto en 36 años, y un factor de riesgo para la economía mexicana.
Las guerras son dañinas, sin duda, especialmente los conflictos bélicos por el costo más grave e irreparable que puede pagar cualquier nación, el de las vidas humanas. Pero, en el caso de México estos conflictos han beneficiado a au economía y a su moneda, parece una broma cruel pero así es; las guerras, las "benditas" guerras, una frase igualmente cruel, que no deja de lado lo que sucede con nuestro país.