“El beisbol es analogía de la vida misma”. En una temporada no se debe dejar nada para ‘lueguito’, el tiempo pasa en un santiamén y lo que pierdas hoy lo lamentas en el futuro. Hay que atender lo inmediato.
México beisbolero. Muchas ciudades han albergado franquicias de beisbol mexicano, con mayor alcance que aquel slogan radial “de Sonora a Yucatán…” al estar incluso en BC, en viaje que recrea nuestro pupitre de primaria, junto a mapas donde conocíamos Estados con sus capitales y fue más sencillos aprenderlos al recordar, por ejemplo, a Naranjeros en Hermosillo, de Culiacán los Tomateros, Cafeteros de Córdoba o Alijadores de Tampico; para el niño aficionado así era más divertido y ocupaba varios prismacolor (o colores Blanca Nieves) para reflejar lo aprendido con analogía beisbolera.
La amplitud de territorios alcanzados no fue fortuita, la pelota caliente era gran espectáculo, a grado que la 1ª transmisión del mítico Canal 2. ¿Quién lo diría? Fue juego entre Veracruz y Diablos Rojos (1951) al paso de cronos el interés disminuyó, sin minar entusiasmo de Estados por formar parte de alguna Liga, como LMB, LMP o incluso Liga Nacional (ANABE) donde Morelos, Michoacán, Querétaro, Zacatecas y Tlaxcala albergaron equipos y títulos.
Algunas regiones vieron pelota hace años, como Hidalgo cuyo equipo compitió en LMB entre 1926-1934 y aunque otros como BCS, Chiapas o Nayarit todavía no llegan a esas instancias si han competido en circuitos de desarrollo y su producción de personajes beisboleros es de postín, basta mencionar a Vicente y Enrique Romo, Japhet Amador, Miguel Solís, Enrique Kerlegand, Javier Figueroa, Germán Jiménez o José Luis Naranjo para calibrar su aporte, que ha llegado hasta MLB.
Así, pese a que no lo parece, la presencia del beisbol en México es amplia pero requiere mayor penetración, aprovechar su actividad permanente (salvo este 2020 que Covid-19 estropeó) para impulsar estrategias que recobren terreno perdido. Tarea que no es de un Quijote solitario, sino de todo el sector, que incluye FEMEBE y PROBEIS, para crear #TeamWork que va desde impulsar sector infantil y amateur, buscar talentos, ser opción deportiva y ¿por qué no? laboral, hasta vínculo de peloteros con aficionados, mejorar experiencia en parques y difusión amplia en medios.
Se trata de crear un nicho propio, para el que vale incluso pensar en modificar el objetivo de 80 peloteros mexicanos en MLB. Trabajo como aquel coloreo de mapas, pero hoy no con lápices, para reavivar presencia de la pelota en todo México y que será calificado no por maestros, sino por el incremento en aficionados y patrocinios. Lograr que el beis crezca como una opción de espectáculo y de negocio, sería el equivalente a un 10 en el viejo salón de clases y en una de esas, hasta con diploma por buen aprovechamiento.