En estos tiempos se ha acentuado la divulgación de la mentira y pareciera que se perdió el miedo a falsear declaraciones ante la autoridad. Con gran facilidad se cae ahora en la denigración, infundio e infamia. Es común la invención de historias que lastiman no solo la moral y fama de una persona sino de todo lo que lo rodea, sus amigos y familia.
La mentira en medios en tan dañina como tratar de engañar y sorprender a la autoridad. El daño que causan noticias falsas puede llegar a ser irreversible, demoledor para quien toda su vida pública se ha distinguido por su honestidad y honradez.
Hay gente que no soporta ver triunfar a otros, le causa entripado el éxito de los demás. Si puede, como primera acción, sería la menor, raya o poncha la llanta del auto que pertenece al que odia gratuitamente. El asunto empieza a complicarse cuando lanza imputaciones falsas relacionadas a conductas ilícitas que reprueba la sociedad. Por desgracia, hay quienes están especializados en la mentira, las dicen con tal seguridad y firmeza como si hubieran estudiado en alguna escuela de actuación, por lo que en ocasiones logran sorprender y engañar a la misma autoridad.
En agosto de 2017, el futbolista Rafael Márquez fue acusado de utilizar sus empresas deportivas para lavar dinero de la delincuencia organizada. Lo incluyeron en la lista negra del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. Mexicano, seleccionado nacional, exitoso en el balompié internacional, jugador defensivo en el Atlas, Mónaco, Barcelona y otros. Existe la versión de que el equipo español Barcelona lo contrató por cinco millones de dólares.
Ha ganado tanto dinero como para crear sus propias empresas. Lo hizo en el ámbito deportivo, lo que más conoce. Imagen pulcra, admirada fuera y dentro de México.
Nada difícil que alguien haya entregado información distorsionada a la autoridad norteamericana, con tal de hacerle daño al futbolista, a su familia y a su entorno.
Para su fortuna y por justicia, apenas el pasado 22 de septiembre, la Oficina de Control de Bienes Extranjeros de los Estados Unidos lo sacó de la lista negra. La noticia, positiva, como de costumbre, no recibió el mismo despliegue que tuvo la negativa.
Al menos, Rafa Márquez y su familia ya pueden dormir tranquilos, en tanto no les inventen alguna otra historia truculenta. Seguro que el futbolista tendrá más cuidado con quien se junta.
Fiebre de la mentira sobre la que no existe control y de la que nadie está a salvo, de la que no se escapa el ciudadano común y mucho menos quien tiene cargo público.
Hay diputados y senadores interesados en el tema, en ponerle freno a la verborrea ofensiva, a las imputaciones sin pruebas que solo buscan destruir famas públicas, sobre todo en campañas electorales.
Analizan códigos penales para valorar la conveniencia de incrementar la sanción a todos aquellos que falseen declaraciones ante autoridades. Incluso, llegar a considerar la falacia como delito grave, porque el daño que causa la mentira es inconmensurable.
Si se quiere hacer alguna acusación, que sea con reales indicios, con pruebas, con testigos, no con meros dichos y sin cumplir circunstancias de modo, tiempo y lugar. Hoy, se ha vuelto muy socorrida la mentira para denigrar al adversario o al que simplemente me cae mal.
ContraRéplica, tercer aniversario. Hace honor a su nombre: ¡ContraRéplica! en el mercado mediático. Felicidades a todo el equipo.
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