Nuestro descuido, desinterés o ignorancia sobre el cambio climático, volvieron a dar un ejemplo más del daño irreparable que estamos haciendo al plantea.
El ejército estadounidense entregó este fin de semana más de un millón de botellas de agua a miles de familias en Jackson, una ciudad del estado de Mississippi, al ser afectada por las fuertes lluvias de los recientes días que inhabilitaron una planta de tratamiento del agua.
El problema comenzó hace cinco días donde se registraron lluvias inusuales por su duración y fuerza que desencadenó la inundación de la planta tratadora del agua.
El diseño y construcción de la planta cumplió con todos los requerimientos, pero la fuerza de la naturaleza nos mostró que, ante ella, nada podemos hacer, reportaron las autoridades estatales.
La fuerte ola de calor cercana a los 30 grados centígrados inusual para la temporada ha llevado a que cuadrillas de emergencia laboren sin descanso en busca de una solución y cómo no, sí suman, los habitantes de esta región de los grandes lagos 3 días, no sólo sin agua potable sino sin gota alguna del vital líquido.
El desabasto ya se ha sumado a la problemática para los habitantes de Jackson.
Lluvias torrenciales provocaron el desbordamiento del rio Pearl y como consecuencia la planta de tratamiento del agua se vio afectada, ayer domingo, el alcalde de la localidad, Choker Lumumba, llamó a la población que de ser posible abandonen la ciudad…” estamos intentando resolver la situación lo antes posible, pero la parálisis de la ciudad es casi total, los efectos del cambio climático los estamos sufriendo”.
Las fuertes lluvias en la región de los grandes lagos tienen más de un mes, incluso el mismo gobierno federal ha intervenido, el martes pasado el presidente Biden declaró el “estado de emergencia” para la ciudad de Jackson y prometió, como todo buen político, brindar toda la ayuda:
humana, técnica y financiera necesaria para auxiliar a los 200 mil habitantes afectados.
Grupos ambientalistas, técnicos y especialistas climáticos de Mississippi, han coincidido que el descuido, la desatención y la falta de un compromiso serio y sostenido con el cambio climático están dejándose sentir.
El problema de la falta de agua potable en Jackson se extiende por poblaciones circundantes, lo que obligó al gobernador republicano, Tate Reeves, a solicitar que toda agua que sea para consumo humano primero debe ser hervida.
La población de Jackson ha realizado manifestaciones publicas en contra de la política climática que impulsó el anterior gobierno, el de Trump, a nivel nacional.
Joe Biden desde inicio de su administración reincorporó a los Estados Unidos al “Acuerdo de Paris”, pero el tiempo perdido y sobre todo una política de desatención al medio ambiente, les está pasando la factura.
@arnc7