La relación entre los mexicanos y el gobierno de Estados Unidos se muestra con una doble personalidad que tiene como eje la figura del Presidente de la República. El que divide al bueno del malo, según la simplista y bipartidista visión política de la Casa Blanca.
Los duros del gobernó del vecino país consideran que algo pasa y no es bueno. De inmediato consideran que la descompostura de la habitual relación está en el embajador y le jalan las orejas de los medios que penden y dependen del Departamento de Estado de la política estadounidense.
Por un lado, el líder nacional del PRI, quiso congraciarse con los duros de la política de ese país tratando de convencer que las familias mexicanas deben estar armadas y así tomar su propuesta como puente para ser visto con simpatía por los radicales del norte, ante su problema legal.
Así, otros actores políticos que consideran todavía que el dueño del continente o del mundo es Estados Unidos, de hecho; nunca lo fue, sólo se impuso la miopía al ver el resto del planeta.
Desde Lorenzo Córdova, quien fue a tocar la puerta de la casa del embajador Ken Salazar, hasta la presidenta de Mexicanos Contra la Corrupción, Amaro Casar, quien asegura que el trabajo de su asociación no es político, a pesar de que el fundador es el mecenas de la alianza opositora, el empresario X.
Es decir, si Estados Unidos envía dinero a la fundación es porque deben comprobar que su trabajo es apolítico, por lo menos en las formas, y de no ser así se corta el subsidio. Aunque en realidad se apoya la línea política de estados unidos en estos financiamientos.
El Times cuestiona la actitud blanda del embajador de estados Unidos en nuestro país, no es “normal” para ellos que la relación sea amistosa. Porque ellos la interpretan como irrespetuosa. Para los duros de allá todavía no somos iguales.
Los duros no sólo están en el contrincante político sino asentados en los intereses de los poderosos, desde los fabricantes de armas hasta los que quieren que las relaciones entre México y Estados unidos sean la del sirvo y el amo. Más allá del maniqueísmo, del choque entre contrarios está la transformación irreversible de lo viejo y lo nuevo.
La realidad es que nos es el embajador ni os buenos ni los malos, ni negros ni blancos. El simplismo en la política quedó atrás y la superioridad de una nación sobre otras, es cosa del pasado. Debe entenderse que muchas de las bases en las que se forjó el imperio del vecino país del norte fue el saqueo de las naciones de América Latina, donde ahora los regímenes impiden que lo viejo prevalezca y que lo nuevo acabe de nacer.