El 9 de agosto, en conmemoración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, el Gobierno del Estado de México, destaca la riqueza cultural de sus pueblos originarios. La Secretaría de Cultura y Turismo ha promovido la visibilidad de las tradiciones y costumbres de los otomíes, mazahuas, nahuas, tlahuicas y matlatzincas.
El Centro Ceremonial Otomí en Temoaya, con sus 12 conos estilizados que representan los meses del año, y el monumento al Dios Sol, es un ejemplo de la herencia cultural otomí. En Jilotepec, la tradición de los Xhitas, danzas rituales que buscan asegurar buenas cosechas, sigue siendo un importante elemento cultural.
San Felipe del Progreso se destaca por su comunidad mazahua, que preserva la elaboración de joyería en plata y el Centro Ceremonial Mazahua. Los bordados mazahuas, presentes en diversos productos textiles en Villa de Allende, Villa Victoria y otros municipios, reflejan la habilidad artesanal local.
El Pueblo Mágico de El Oro, con su pasado minero, y Texcoco, con las zonas arqueológicas de Tetzcotzinco y Los Melones, muestran el legado nahua y mexica. En Tenango del Valle, el sitio arqueológico de Teotenango y el Museo Arqueológico “Dr. Román Piña Chan” son testimonio de la historia nahua.
Malinalco y Ocuilan conservan las tradiciones tlahuicas y matlatzincas, con peregrinaciones y artesanías únicas como el teponaxtle, un instrumento prehispánico. Estos destinos reflejan la diversidad y profundidad cultural del Estado de México, invitando a los visitantes a explorar sus raíces y tradiciones.
Con información por Notipress
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