El jueves 7 de septiembre, Eduardo Verástegui, actor, productor y activista de derecha, acudió al INE a solicitar su registro como candidato independiente a la Presidencia de la República. En los próximos meses, tendrá que reunir 980 mil firmas de personas con credencial de elector en por lo menos 17 entidades federales, para obtener un lugar en la boleta electoral.
Eduardo Verástegui no fue el único que solicitó su registro como candidato independiente a la presidencia. También lo hicieron Rocío Gabriela González Castañeda, Ulises Ruiz Ortiz, Cesar Enrique Asiain del Castillo, Hugo Eric Flores Cervantes, y María Ofelia Edgar Mares, pero Verástegui llama la atención por varias razones.
La primera, por su discurso abiertamente de derecha, caracterizado por su oposición al aborto, la defensa de la religión católica y de la familia tradicional. Así como, sus explicaciones sustentadas en teorías de la conspiración y fake new de redes sociales.
La segunda, por la cantidad de recursos económicos y medios con los que se promociona. Detrás de la campaña de Verástegui están los grupos e instituciones más conservadoras, religiosas, con muchos recursos económicos que se quedarón sin representación, después de la declinación de Lilly Téllez a participar en el proceso interno del Frente Amplio por México que Xóchilt Gálvez ganó.
Como parte de su campaña, Verástegui promociona la película Sonidos de Libertad, cuya premier ocurrió la semana previa a su inscripción como candidato. Dicen que la película aborda el tema de la pedofilia internacional, desde la visión de las teorías de conspiración y con el patrocinio de los grupos de últraderecha estadunidense, que apoyaron el intento de la toma del Capitolio después de la derrota de Donald Trump.
Rechazo los planteamientos de Eduardo Verástegui y desconozco si logrará reunir las firmas para aparecer en la boleta. Pero si junta las firmas y se ajustan a las leyes y normas electorales, tienen derecho a existir y a que su voz se escuche.
Reconozco que es sano para la democracia y positivo para la gobernabilidad del país que la últraderecha participe en la disputa del poder por la vía pacífica y electoral. Que bueno que decidió no expresasr su inconformidad y protestas por otras vías, de las cuales nuestra historia es una gran maestra.
Eduardo Verástegui tiene razón al señalar que la disputa del poder es entre la clase política de siempre. Cada seis años se escuchan los mismos problemas y las mismas soluciones. Que representan un modelo obsoleto que no remedia los problemas y elección tras elección el fracaso se repite. Donde todo lo malo es culpa del pasado. Donde se dice que ya mero llegamos, pero vamos hacia atrás. Eso pienso yo, ¿usted que opina? La política es de bronce.