Estados Unidos tiene en sus películas el insumo necesario para acudir a su trama como pate del manejo de crisis mediática, ante cualquier problema que desgaste su imagen. Sus películas escogen previamente a sus enemigos que ordenas a las mentes de sus espectadores distinguir, entre “buenos y malos”.
Los enemigos de las películas en la pantalla, todos saben cómo son, cómo visten qué religión profesan, cómo piensan. Todo enemigo está en la línea de fuego sólo falta que disparen los medios para considerarlos un peligro. Ahí están los desastres naturales, los orientales, los ovnis, ya los comunistas.
Como el espectador no asiste al cine armado, la política de Estados unidos blinda sus acciones previamente para que hasta sus homicidios parezcan actos de legalidad, justicia y humanidad.
El accidente ocurrido en East Palestine, en Ohio, el 3 de febrero, de inmediato hizo funcionar la maquinaria desinformativa. Forzando a sus habitantes, y al mundo entero, a voltear la mirada a la supuesta invasión china a través de un globo que cruzó el cielo y fue derribado por un misil de 439 mil dólares, cuando se trataba de un globo de 20 dólares.
El accidente llamado también el Chernobyl de Ohio fue un peligro no sólo para la comunidad o Estados Unidos, sino para el mundo. El mismo viento que llevó el globo a China lleva la contaminación a latitudes lejanas.
El accidente estaba blindado previamente por elementos de la cultura estadounidense, que en desastres naturales y guerras basa su historia. En 2022 se estrenó Ruido de fondo, (Noise White), película basada en un libro de Dan Delillo, del mismo nombre, donde se advierte sobre un choque de un vehículo con un tren con consecuencias dramáticas.
Las sustancias químicas debieron ser quemadas en el momento mismo del accidente para que sus repercusiones no dañaran a la población; sin embargo, es de todos sabidos que hay materia que desaparezca, sólo se transforma, sobre todo en los elementos esenciales de los ácidos contaminantes
Así, el muestrario de enemigos salta de la pantalla a los medios y Estados Unidos oculta el peligro que implica que una de las empresas más importantes de ese país, contamine igual o más que el tan criticado en sus películas, Chernobyl.
Así. la Casa Blanca intenta salir airosa de todas las consecuencias de sus políticas, ante el desastre fatídico toma como distractor dos temas que baja del aire, y extrae del imaginario estadounidense: el ataque de China a través de globos, que pueden adquirirse en un supermercado, y una imaginaria invasión extraterrestre, tema recurrente cada que quieren desviar la atención de la población.
Los fantasmas del cine siguen engañando ingenuos. En México todavía hay quienes creen que el comunismo puede entrar por la ventana, mientras la manipulación entra por la puerta.