Columnas
El Plan México es una visión integral para consolidar la transformación de nuestro país, un proyecto que coloca en el centro a nuestra gente, a nuestra industria y a nuestra soberanía. Ayer, nuestra Presidenta, Claudia Sheinbaum, nos presentó 18 acciones concretas que impulsan la economía, fortalecen la autosuficiencia y garantizan bienestar para todas y todos.
Este plan es un compromiso firme para seguir avanzando en el camino que iniciamos hace seis años, un camino que ha sacado de la pobreza a millones de personas y que nos ha demostrado que cuando el gobierno pone por delante el interés del pueblo, se pueden transformar vidas.
Uno de los pilares fundamentales del Plan México es el fortalecimiento de la producción nacional. Ampliar nuestra capacidad productiva en sectores estratégicos como la energía, la industria farmacéutica, la manufactura de vehículos y el campo no solo garantiza crecimiento económico, sino que también nos permite depender menos del exterior y generar empleo digno para las y los mexicanos. Apostamos por una economía con mayor valor agregado, que reconozca la capacidad y el talento de nuestra gente.
El desarrollo de infraestructura también juega un papel clave en este esfuerzo. Con proyectos de gran calado como nuevos trenes, carreteras, caminos artesanales y la ampliación de puertos y aeropuertos, se construye un país más conectado, con mayores oportunidades de inversión y crecimiento. Cada kilómetro de obra representa empleo, circulación de mercancías y una mejor calidad de vida para nuestra población.
El Plan México refuerza el compromiso con la justicia social. El aumento del salario mínimo, la garantía de derechos laborales, el financiamiento a pequeños productores y el impulso a los programas de bienestar reflejan la esencia de nuestra transformación: crecimiento con justicia, desarrollo con equidad, el esfuerzo de quienes trabajan día a día para sacar adelante a sus familias.
Este proyecto se desarrolla en un contexto internacional complejo, pero con liderazgo y diálogo hemos logrado que nuestro país sea reconocido como un socio estratégico, asegurando que el Tratado de Libre Comercio de México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) continúe beneficiando a nuestra economía. La exclusión de México de las nuevas políticas arancelarias de Estados Unidos es un reflejo de la seriedad con la que nuestro gobierno ha manejado la relación bilateral, siempre con la defensa de nuestros intereses por delante.
A quienes han apostado por el fracaso del proyecto del segundo piso de la transformación, hoy les decimos que está más fuerte que nunca. No sólo hemos resistido embates, sino que hemos demostrado que se puede gobernar con principios, honradez, austeridad reúblicana y resultados. El pueblo de México es nuestra mayor fortaleza, y con el Plan México seguiremos avanzando para consolidar un futuro de bienestar, de progreso y de justicia.
Este es el rumbo que hemos decidido seguir, y con la convicción de que como México no hay dos, seguimos trabajando para hacer de nuestro país una potencia modelo.
María Rosete