Columnas
A costa de los grandes esfuerzos de varias generaciones de mujeres es que podemos presenciar en nuestros días la representatividad paritaria en los cargos públicos de elección popular. El ámbito donde más ha avanzado la lucha de la mujer por sus derechos es en el terreno de la participación política y su representatividad en los espacios de poder.
En este sentido no debemos olvidar que, en México, a nivel nacional hay más mujeres que hombres (el 51.2% del total de la población son mujeres, y el 48.8% son hombres). Esto se refleja también en la Lista Nominal, donde el 48.1% son hombres, mientras que el 51.8% son mujeres (INE, con corte al 18 de enero de 2024). En la Lista Nominal de la CDMX, el 47 % son hombres y el 52% mujeres (IECM, con corte al 30 de noviembre de 2023). El voto femenino bien puede definir una elección.
Ante estas cifras es importante recordar que, en este año, en la Ciudad de México elegiremos posiciones de gran relevancia que son: 1 Jefatura de Gobierno, 66 diputaciones locales, 16 Alcaldías y 204 Concejalías, independientemente de la elección presidencial, en la que también participaremos.
Sin duda, la proporción de mujeres votantes es solo un botón de muestra de la capacidad del poder femenino para la toma de decisiones trascendentes, con impacto profundo y directo en la vida política local y nacional.
Tenemos también de nuestro lado que, en gran parte de las candidaturas, los
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partidos políticos postularán a mujeres para lograr paridad de género en sus propuestas, por lo que durante este proceso electoral habrá candidatas que tienen consciencia de nuestras problemáticas específicas y que también pretenden atender lo que nos ha sido adverso, y es que en muchos sentidos tenemos una visión compartida.
Si bien es cierto que en lo individual cada una votaremos prioritariamente por las propuestas que resulten favorables para nuestro ámbito inmediato de vida, al margen de si fueron planteadas por hombres o mujeres, es importante también ser solidarias entre nosotras, trascender el ámbito personal y unirnos en términos de expectativas y al amparo de una visión de género, para abonar a la solución de nuestros problemas comunes. Se trata de un ejercicio de comprensión y sororidad, después de todo, debemos tomar cartas en el asunto ahora que las condiciones nos favorecen.
Resolutivo: Invito a las electoras de la Ciudad de México a reflexionar profundamente en el alcance de las propuestas de las diversas candidaturas, considerando la necesidad de dar un paso histórico en beneficio de las mujeres.