El año de los grandes desfalcos o escándalos financieros

*Basta con recordar el caso FTX para dimensionar el impacto que tuvo en el activo más valioso para el mundo de las inversiones

Este 2022 estará marcado por los grandes desfalcos o escándalos financieros, quizás no fueron muchos pero basta con mencionar uno solo para dimensionar el impacto que se provocó en los mercados y cómo los inversionistas son altamente sensibles a las acciones de quienes con un poco de habilidad logran cautivarlos.

El colapso cripto, la gran estafa

Sin la menor de las dudas el mayor escándalo financiero de este 2022, que todo indica fue al mismo tiempo una estafa y que tuvo graves repercusiones presentes, y tendrá efectos mayúsculos futuros.

De entrada, impactó en un mercado que luchaba hasta ese momento por consolidar el activo más valioso para cualquier instancia financiera, algo que es tan valioso que no tiene medida monetaria: la confianza.

El colapso de la plataforma FTX, la que hasta ese momento era la instancia de intercambio de criptomonedas más grande del mundo, marca un antes y un después en el mundo cripto, se considera como el equivalente de este mercado al gran colapso de Lehman Brothers en el sistema bancario tradicional.

Se calcula que la plataforma quedó a deber a alrededor de 50 de sus inversionistas principales la cantidad de 3,100 millones de dólares.

Esta firma se declaró en bancarrota en Estados Unidos a mediados de noviembre pasado y con ello sacudió la confianza en un mercado que ya de por sí no registraba el mejor de sus años, con la moneda ícono, el bitcoin, en caída libre ante los cuestionamientos generales sobre la estabilidad del mercado.

Sam Bankman-Fried, fundador y consejero delegado de FTX, pidió disculpas a los clientes por la difícil situación financiera de su empresa, y anunció su renuncia.

Semanas más tarde fue detenido en Bahamas y extraditado a Estados Unidos, donde logró la fianza con 250 millones de dólares y con ello llevar, cuando menos por el momento, su proceso contra la justicia estadounidense en arresto domiciliario.

Antes del gran colapso, Bankman-Fried era una de las estrellas en el mundo de las criptomonedas; de hecho era toda una personalidad ya que en unos cuántos años había logrado amasar una fortuna impresionante calculada en alrededor de 26 mil millones de dólares cuando estaba en la cúspide; al momento del inicio del colapso se calculaba que poseía un patrimonio neto de 15,000 millones y justo en la semana del gran desplome se calcula que perdió los últimos 6 mil millones de dólares que le quedaban.

Era frecuente que hablara en nombre de la industria ante los reguladores y hasta había participado de una campaña publicitaria en Estados Unidos, junto a celebridades como Tom Brady y Gisele Bundchen, para convencer al público de que el mundo de las criptomonedas eran una buena inversión.

El Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó a Bankman-Fried de provocar desfalcos por miles de millones de dólares relacionadas con FTX; uno de los fiscales calificó sus acciones como “"fraude de proporciones épicas".

Hasta la fecha se investigan todavía acciones como las relacionadas con presuntos delitos cibernéticos ya que, entre otras cosas, se dice que extrajo más de 370 millones de FTX horas después de que se declarara en bancarrota.

Con el colapso de la confianza en el modelo, FTX se desplomó y junto con ella también en gran medida la confianza en los mercados cripto; se calcula que quedaron atrapados en esta quiebra alrededor de un millón de clientes, la mayoría de ellos vieron esfumarse sus inversiones, las pérdidas podrían dispararse hasta los miles de millones de dólares, pero es algo que tardará mucho en saberse, o quizás nunca.

El caso FTX, por mencionar el más destacado del año, marcó este 2022 para siempre como un periodo de desfalcos y/o escándalos financieros que pegaron en la confianza de los mercados en general y de los criptoactivos en particular.

Lo que resulta verdaderamente impactante es cómo siguen surgiendo individuos capaces de cautivar a miles o millones de inversionistas para que les entreguen sus ahorros y jueguen con ellos en los mercados, o de plano los estafen.

Es un fenómeno extraño, digno de análisis para los sociólogos o algún especialista que sea capaz de desentrañar este extraño comportamiento humano.