El brote de cólera en México durante el siglo XIX

Por Óscar Antonio Roa

La humanidad ha estado en combate con las pandemias desde sus inicios, una de ellas, la del cólera, azotó al mundo entre 1817 y 1838, México no quedó excluido.

El inicio de esta epidemia se remonta a la India, donde se cobraría la vida de 20,000 personas antes de seguir su trayecto por el mundo. Debido a la importancia de las rutas comerciales, en un mundo totalmente conectado entre sí, esta enfermedad originada por la bacteria Vibrio cholerae, arribó a los puertos mexicanos de Campeche, Tampico y Veracruz, zonas de vital importancia comercial, con relación directa a los puertos de Nueva Orleans, Estados Unidos y La Habana, Cuba.

Debido a la precaria higiene y salubridad en las ciudades del mundo, aunado a las condiciones sociales de las clases más desfavorecidas del país, esta enfermedad propagada por la contaminación del agua, así como de los alimentos, tuvo como respuesta de las autoridades la fumigación junto con limpieza de las calles en conjunto con desazolvar las acequias de la Ciudad de México, en aquél tiempo, bastante abundantes; también, un programa de entrega de cobijo con despensas hacia las clases marginadas.

Tras el debate emitido sobre la teoría del médico británico John Snow, más tarde confirmada con la bacteriológica de Robert Koch, se crearon instituciones médicas para combatir con mayor eficacia otro brote epidémico. Desde luego, estos avances llegarían demasiado tarde para el brote de cólera de 1833, seguido del de 1848 propiciado por la invasión norteamericana a México.

El saldo total fue de 6,000 víctimas en la Ciudad de México, 3,000 en Puebla, 2,300 en Veracruz, 38,000 en Guadalajara y 62,000 en la península de Yucatán.

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