El candidato a prueba de panistas

En Miguel Hidalgo, una alcaldía donde gran parte de la gente es de buen nivel socioeconómico, con amplia infraestructura educativa, deportiva, cultural y de servicios, solo alguien de izquierda bien aceptado por la clase media y alta, puede ganarle al PAN. Ese candidato es Víctor Hugo Romo.

Romo es un hombre de izquierda, pero no es radical, es camaleónico y disruptivo, disfruta de los reflectores y sabe colocarse en la opinión pública.

La primera vez que ganó lo hizo con el apoyo de las bases panistas, quienes ante el fracaso de Demetrio Sodi en su objetivo de conseguir la candidatura al gobierno de la ciudad, salieron divididas y sin el apoyo del aparato de gobierno.

La división interna que vivió en ese momento el PAN, aunado a los números de las encuestas, hicieron que muchos grupos y liderazgos importantes del PAN y aliados del gobierno en turno se acercaran y aglutinaran alrededor de la candidatura de la izquierda, con un candidato que parecía de derecha sin serlo.

Pero no solo hubo aliados de la derecha, sino de todos los colores e ideologías, incluso sectores de la población que normalmente no participan, lo cual se vio reflejado en la votación más alta hasta ese año.

Romo, astuto, conocedor del contexto político y de los intereses de los grupos inconformes de la derecha en la demarcación, optó por manejar mensajes incluyentes, muy centrados y un manejo de la imagen de su candidatura cercano a los tonos azules del panismo. No fue casualidad que usara corbata azul.

La historia se repite. Aun cuando es muy cercano a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum y al presidente Andrés Manuel López Obrador, con una campaña donde los logotipos de los partidos que lo postulan pasan desapercibidos, Romo avanza en las zonas populares, en las zonas exclusivas de Polanco, las Lomas de Chapultepec y en las colonias de clase media como la Escandón. Avanza sin adversario ni estrategia enfrente.

En la derecha conservadora, le apostaron por Margarita Zavala, para tratar de unificar el voto panista. Pero desde la comodidad de las listas plurinominales, las campañas se hacen diferente. Pensaron que sucedería lo del 2015 con Xóchitl Gálvez, pero ahora que Romo es el candidato, están desconcertados al ver que una parte importante de las bases panistas ve en Romo un alcalde digno de gobernar la alcaldía.

Mauricio Tabe, candidato panista, estaba más activo, más mediático, como diputado. Pero se convirtió en candidato y desapareció. Nada se dice de él, se le acabó la polémica, su estrategia era pegarle al alcalde. Y ahora trata de seguirle el paso al candidato morenista, pero le tuvieron que ayudar para lograr una foto haciendo barras.

Las zonas populares se las lleva de calle Romo y un sector conservador gusta de compartir el desayuno a su lado. En suma, Víctor Hugo Romo es un candidato a prueba de panistas.

1) A unos días de que la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, inaugurara orgullosa el Parque Ecológico de la CDMX, ya está lleno de grafitis. ¿Quién responderá por la falta de seguridad en dicho espacio?

2) En la Gaceta Oficial de la CDMX brillan por su ausencia las convocatorias para participar como proveedores del gobierno local y las alcaldías. Las y los empresarios se preguntan, ¿en dónde se tienen que formar para que les adjudiquen directamente algún contrato?

1) Pablo Gómez va a ser reelegido en Coyoacán como diputado federal en el distrito 23, a pesar de no hacer campaña, gracias al logo de Morena, a la campaña de Carlos Castillo, Gerardo Villanueva y Leticia Varela. Y gracias a que Giselle Hernández, del PES, le ha restado votos al neopanista Gabriel Quadri, sobre todo de las mujeres, con las que él ha tenido muy malas experiencias y de quienes recibirá un voto de castigo.

2) Movimiento Ciudadano canta victoria antes de tiempo, con Samuel García en Nuevo León y busca jalar a sus demás candidatos con esa misma campaña. Mal hecho, todavía hay mucho por hacer y no hay tiempo para distracciones.