Empezar con un lugar común es decir que esta nueva normalidad, aún con la pandemia Covid-19 encima y sin vacuna, es reconocer que esto será más difícil de que quisiéramos todos. Por eso mejor decimos: vivimos momentos que jamás nos imaginamos y de frente tenemos una nueva realidad que ya estamos viviendo.
Semáforo rojo, naranja, amarillo o verde, lo cierto es que la actividad económica y la sobrevivencia urge retomar la movilidad. Necio será negar que debemos transformanos y estar consientes que nuestros hábitos higiénicos ya son otros, el cubrebocas y la limpieza continua de los espacios llegaron para quedarse por mucho tiempo.
Entre prueba y error, las fórmulas comienzan a ocuparnos. Hay sectores e industrias que la tienen el doble de complicado, pues buena parte de su oferta tiene que ver con el contacto físico y parte de su éxito con la presencia y consumo por el mayor número de personas. Me refiero a la industria turística, de alimentos y a la cultura y espectáculos.
La turística, dice el titular de la Secretaría de Turismo, Miguel Torruco, se volverá “exclusiva”. Si esa palabra se entiende en toda su dimensión, pues gracias por los ánimos… creo que a muchos el dinero les será una limitante para un merecido descanso y para los empresarios del sector será complicado crear nuevas fórmulas financieras para mantener lo “exclusivo” con pocos clientes y solo los que lo puedan pagar.
Los restauranteros y el sector de alimentos preparados, en general, vaya que tampoco nadan entre hojuelas. Qué restaurantero podrá mantener una operación con una capacidad al 30% de clientes, con la misma oferta y bajo las garantías de limpieza que requiere la nueva normalidad (hay que capitalizar el gasto y la nueva infraestructura).
Y más allá, las lágrimas y risas que el esparcimiento humano necesita para mantenerse sano, quizá sea la industria con mayores dudas y preocupaciones. Por lo pronto los cines todavía no pueden abrir, peses a que los dueños de estas empresas se desgastan en gritar que tienen listos los protocolos más avanzados de higiene.
El teatro llora por el lejano futuro que aún no alcanza a observar, ya de todos conocidos que a la gente le cuesta trabajo pagar el justo valor de una butaca para disfrutar del trabajo de actores, realizadores, ingenieros, creativos y de todos los involucrados detrás del telón; imaginen ahora las puestas esperando tan solo al 40% de su audiencia. Broadway ya anunció que reabre hasta el 3 de enero de 2021, esté quien esté.
Y bueno, el colofón ya se hizo presente. Sin más la canadiense Cirque du Soleil Entertainment Group anunció que solicitó protección bajo la Ley de Acuerdos de Acreedores de Empresas (debido a que la pandemia de Covid-19 obligó al circo a cancelar shows y despedir artistas), para evitar la bancarrota, un paso antes de entrar en ésta.
El gobierno de Canadá aportará 200 millones de dólares para que la quiebra no suceda y ya se despidió al 95% del personal de la compañía en el mundo (en Riviera Maya, México, tienen presencia permanente, habremos de saber qué pasará con esa empresa). Las cosas no están fáciles y pocos tienen apoyos en millones de dólares.