Por Miguel Molotla y Federico Reyes
La Inteligencia Artificial (IA) se hace cada vez más presente en nuestro día a día, desde las redes sociales y los algoritmos que determinan los anuncios en plataformas de compra-venta, hasta su participación en procesos políticos, lo que plantea interrogantes sobre el alcance que tienen en nuestros datos personales, advirtió en entrevista para ContraRéplica, Julio César Bonilla, Comisionado del Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública, Protección de Datos Personales y Rendición de Cuentas de la Ciudad de México (INFO CDMX).
Bonilla brindó na explicación sobre la definición y las características de las inteligencias artificiales, destacando que buscan “emular las capacidades humanas, como el razonamiento, el aprendizaje, la creatividad y la capacidad de planificación”. Además, enfatizó en la "autonomía" de estas IA y su contribución en áreas importantes para los seres humanos, como la salud y la educación.
En cuanto a lo técnico se refiere, "se usa en general para identificar la capacidad que tienen las máquinas en cuanto a la imitación de las funciones cognitivas de los seres humanos (...) lo que permite que los sistemas tecnológicos perciban su entorno, se relacionen con él, resuelvan problemas y actúen con un fin específico", aseguró el comisionado.
Una de las problemáticas asociadas a esta hipermediatización y avance tecnológico, es la protección de la información que los dispositivos inteligentes poseen sobre las personas. No se trata solo de lo que se publica en las redes sociales, sino, también de datos como el reconocimiento facial, de iris, de huella digital y la ubicación satelital que nuestros dispositivos móviles almacenan.
En este sentido, Bonilla menciona que el problema “es dual porque involucra muy diversas variables frente a lo que hoy denominamos privacidad”, pues, no solamente entes públicos son los que acceden a nuestros datos, también grandes empresas digitales, conocidas como Big Techs, las cuales gestionan enormes cantidades de datos.
Estas grandes agencias, llamadas Big Thechs (Amazón, Apple, Meta, Google, Microsoft, Twitter, TikTok, entre muchas otras) “administran macrodatos” y aunque “naturalmente representan una posibilidad de avance y desarrollo para el planeta, también “se convierten en una posibilidad para interferir de manera intensiva con la privacidad”.
La evolución de la tecnología obliga a la sociedad a enfrentar dos desafíos: la regulación y el diseño de políticas que se mantengan actualizadas frente a los avances tecnológicos. Los enfoques tradicionales de procesamiento y manejo de información resultan insuficientes e inadecuados ante la cantidad y complejidad de la información que circula en internet, pues la información que circula, no solo en redes sociales, sino en todo Internet es demasiada, además de compleja, haciendo así “que los enfoques tradicionales de procesamiento y manejo de información terminan por ser insuficientes e inadecuados”.
Esto, representa un gran peligro para la protección de datos personales de los usuarios de estas ‘Big Tech’, pues el análisis de “macrodatos en estos sistemas de información, sus diversas plataformas y redes implica que a través de su aplicación de tratamiento de datos personales puedan fácilmente invadir ámbitos reservados de las personas, como por ejemplo, su intimidad y diversos datos sensibles que son procesados y comprendidos bajo el enfoque de big data, es decir para obtener precisamente el conocimiento oculto que se encuentra dentro de nuestros datos y que los compartimos de manera voluntaria” aseguró el comisionado.
Ante esta problemática Bonilla, propone “determinar o buscar un necesario equilibrio entre dos conceptos vitales que confluyen hoy” por un lado en “cualquier espacio digital la libertad de información” y por otro “la autodeterminación informativa”.
A pesar de que México ha sido vanguardia en materia de protección de datos personales, en los últimos años, las tecnologías han superado el margen de lo legal en el Estado mexicano. Es por esta razón que es necesario voltear a ver hacia fuera, para poder actualizar las normas que rigen a estas nuevas tecnologías, en este sentido Bonilla habló del convenio 108 plus europeo y del convenio de Budapest en materia de ciberseguridad o ciberdelincuencia.
Otro de los temas de gran importancia en el que las IA han tomado gran relevancia, es en el ámbito de la política, pues en más de una vez se ha sabido de casos en donde las tecnologías se han usado de manera indebida, utilizándolos para fines específicos. Bonilla nos recuerda casos como el de temas como el caso de Cambridge Analytica, “donde se crearon perfiles específicos y fueron invadidos sin su privacidad millones de personas para que finalmente determinarán su voto a favor de Donald Trump”.
No solamente Estados Unidos se ha involucrado en polémicas de esta índole, pues recordemos también “el Brexit en el Reino Unido, el voto de no a la paz en Colombia, la no aprobación en el plebiscito constitucional de Chile y otros casos también, cómo a través de las redes sociales un tweet de Donald Trump llamó a la ocupación del capitolio”.
Aunque no solamente el uso de estas tecnologías se ha usado para fines de este estilo, puesto que han ayudado al fortalecimiento de los procesos democráticos y han tenido un desarrollo clave en materia de derechos humanos. “Por ejemplo, en la elección en Colombia en 2022 la inteligencia artificial ha ayudó a mejorar los procesos en la administración de datos y resultados electorales”.
Por su parte Dinamarca “ha abierto un debate muy serio en las últimas elecciones legislativas de 2022, a la que concurrió el Partido Sintético liderado justamente por una inteligencia artificial, un chat bot llamado Líder Lars, con la aspiración de entrar justamente al parlamento”, comentó el comisionado.
A manera de conclusión, Julio César Bonilla ofreció una visión bastante amplia de los beneficios y los cambios que podría traer la inteligencia artificial a nuestras vidas, en sus palabras:
“Si pensamos en la inteligencia artificial vinculada con todo el desarrollo digital moderno, podemos estar pensando en una nueva construcción de lo que significa democracia, de lo que significa república, de lo que significa participación social, de lo que significa opinión pública. Su vinculación con todos estos elementos nos orilla a pensar que va a haber una reformulación muy fuerte de conceptos que ya existían en el mundo.”