El impacto de las largas jornadas laborales

Es una realidad que la posición de México frente al mundo en el tema de las jornadas laborales no es la mejor, sabemos que para una buena productividad los trabajadores deben de tener menores jornadas laborales, mayor flexibilidad en cuanto al salario y mejorar las condiciones laborales; sin embargo, si lo comparamos con el resto del mundo, no nos hemos podido ubicar mejor.

México es el país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en donde se dedican más horas al trabajo, con 2,137 horas al año, es decir, 23% más que los demás países de este organismo que tienen un promedio de mil 730 horas, seguido de Costa Rica, Corea del Sur, Rusia y Grecia; mientras que los países que lideran la lista con menos horas laborales son Dinamarca, Noruega, Alemania y Holanda.

Las largas jornadas de trabajo traen consigo el deterioro de la salud de los trabajadores, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que 8 de cada 10 trabajadores en México sufren estrés laboral o conocido como “Síndrome de Burnout”, que hace referencia a las condiciones laborales que dañan física y emocionalmente a una persona.

La Ley Federal del Trabajo establece que la semana laboral actual es de ocho horas diarias, seis días por semana y el periodo de vacaciones es sumamente corto, solo 6 días de descanso después de completar el primer año laborando para obtener una corta temporada vacacional y aumenta dos días los años consecutivos hasta llegar a 12, después del cuarto año, los días de vacaciones aumenta 2 días por cada cinco años de trabajo.

Por otra parte, que los empleados trabajen más no necesariamente significa que tengan mayor productividad, un mejor salario o mayores prestaciones; al contrario, este problema se agudiza cada vez más, ya que 17.8 millones de mexicanos enfrentan una situación de precariedad laboral, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

El descanso es un derecho de todos los trabajadores, hace falta que se garanticen las vacaciones dignas, que tengan un equilibrio entre su vida personal y laboral, que su trabajo sea valorado y reconocido, así como tener un mejor salario y prestaciones.

Distintos casos de éxito en el resto del mundo han implementado la semana laboral de cuatro días, sin un recorte salarial y se han demostrado los beneficios de este experimento como mayor productividad, ausencia por enfermedad o disminución de riesgos laborales. Sin embargo, para México este parece ser un escenario lejano y hay que tomar en cuenta que falta desarrollar las condiciones económicas para que las empresas estén dispuestas a tomar este tipo de decisiones y que se reforme la Ley Federal del Trabajo.