Columnas
La llegada de Claudia Sheinbaum Pardo a la presidencia de México marca un momento histórico. No solo porque es la primera mujer en asumir la titularidad del Poder Ejecutivo, sino porque representa la continuidad de un proyecto político que ha transformado al país en la última década.
Sheinbaum no solo cuenta con el respaldo de los sectores tradicionales de la izquierda, sino que ha ganado la simpatía de grupos históricamente marginados: mujeres, indígenas, personas con discapacidad y miembros de la comunidad LGBTQ+. Su figura trasciende la política mexicana y ya ha captado la atención internacional, similar a casos como los de Cristina Fernández de Kirchner en Argentina o Xiomara Castro en Honduras.
Uno de los aspectos más comentados del nuevo gobierno es la composición del gabinete. Sheinbaum ha optado por figuras con amplia experiencia y trayectoria, como Víctor Rodríguez en Pemex y Juan Ramón de la Fuente en el Servicio Exterior Mexicano. Estas designaciones muestran un compromiso con la continuidad, pero también con la renovación, al integrar a jóvenes políticos y académicos en posiciones clave.
Sheinbaum enfrenta enormes desafíos. Desde mejorar las condiciones de vida de los sectores más desfavorecidos hasta lidiar con la compleja situación económica que vive el país. El bienestar social y la atención a los niños, jóvenes y personas vulnerables serán temas centrales en su gobierno. México ha avanzado en varias áreas, pero aún hay mucho por hacer para reducir las brechas de desigualdad que persisten en nuestra sociedad.
Uno de los puntos más relevantes es la puesta en marcha del nuevo Poder Judicial. Este movimiento, impulsado por el gobierno anterior, busca erradicar la corrupción y el amiguismo que han caracterizado a las estructuras de justicia en México. Sheinbaum, al tomar las riendas, tiene el reto de darle un nuevo rostro a este poder del Estado, apostando por un sistema más justo y transparente.
El mundo mira con atención el ascenso de Claudia Sheinbaum. Su liderazgo ha sido elogiado por diversos líderes internacionales y académicos, que ven en México un ejemplo de cambio y transformación. La comunidad internacional espera que Sheinbaum continúe fortaleciendo las relaciones diplomáticas y que su gobierno sea un referente en América Latina. Su enfoque progresista, combinado con un fuerte compromiso social, será clave en la agenda exterior de su administración.
Al final del día, lo que Sheinbaum representa es más que la simple sucesión de un gobierno. Su presidencia es un símbolo de la evolución política y social de México. Un país que, después de 62 virreyes y 65 presidentes, ve por primera vez a una mujer asumir el poder Ejecutivo. La historia de México ha dado un giro, y el papel que jugará Claudia Sheinbaum en los próximos años será crucial para definir el futuro de la nación.
*Periodista | @JoseVictor_Rdz
Premio Nacional de Derechos Humanos 2017