Daniel Montes de Oca
Rastros de COVID-19 fueron encontrados en muestras orofaríngeas de un niño italiano de cuatro años, en noviembre del 2019, reveló un estudio liderado por científicos de la Universidad de Milán.
La investigación, que fue publicada este martes en la revista Journal of Emerging Infectious Diseases, arrojó que el mortal virus pudo iniciar en el otoño del año pasado, mucho antes de que China reportara el primer caso de neumonía atípica en varios pacientes de la ciudad de Wuhan.
El artículo explicó que se analizaron hisopos orofaríngeos de 39 pacientes con sospecha de sarampión recolectados entre septiembre de 2019 y febrero de 2020, posteriormente, una de las muestras correspondiente al menor de cuatro años dio positivo a COVID-19.
“Se mostró una identidad del 100% con la secuencia de referencia Wuhan-HU-1 así como con secuencias de otras cepas de SARS-CoV-2 que circulan en todo el mundo en una etapa posterior; por lo tanto, no fue posible determinar con precisión el origen de la cepa identificada”.
Sobre los síntomas del niño, tuvo tos y rinitis el pasado 12 de noviembre de 2019, y una semana después fue hospitalizado de urgencia por problemas respiratorios y vómito. Después apareció una erupción similar al sarampión.
De acuerdo con el diagnóstico, las manifestaciones cutáneas se asemejan a lesiones en la piel que aparecen en pacientes con COVID-19.
Los autores del artículo subrayaron que el hallazgo es de suma importancia porque ayuda a ampliar el momento y las vías de transmisión de la enfermedad, además de explicar el impacto de la primera ola en Lombardía, región más afectada por la pandemia en Italia.
Imagen: Reuters