Una de las principales caras de la Nouvelle Vague, la actriz Anna Karina, falleció este sábado en París a los 79 años, a consecuencia de un cáncer.
Con su partida finaliza una década de esa revolución fílmica, como Claude Chabrol, Éric Rohmer, Jacques Rivette y Agnès Varda. El único superviviente se llama Jean-Luc Godard, con quien la actriz rodó siete películas y vivió una historia de amor, breve pero intensa, que dejaría una marca indeleble en la sensibilidad estética de la época y tendría una influencia profunda en el cine de las décadas posteriores.
Nacional en 1940 en Solbjerg, en las afueras de la ciudad danesa de Aarhus, Karina llegó a París en autoestop a finales de los cincuenta, huyendo de una infancia en la pobreza y a los abusos de un padrastro violento. No tardó en encontrar trabajo como modelo. Coincidió entonces con Coco Chanel, ya de capa caída, que la rebautizó con ese nombre vagamente tolstoiano al considerar que el que figuraba en su partida de nacimiento, Hanne Karin Bayer, no le hacía ningún favor.
Con información de agencias
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