Hemos llegado a la mitad de temporada en la Fórmula 1 y con ello nos damos un pequeño receso para analizar los sucesos más relevantes.
A lo largo de la temporada nos hemos podido dar cuenta que Ferrari ha dado un salto de calidad, a tal grado que ha ocupado el lugar que le pertenecía a Mercedes el año pasado en la lucha por los campeonatos para al fin terminar con una sequía de más de catorce años.
Sus esperanzas estaban puestas en sus dos grandes pilotos que son una mezcla de experiencia, talento y juventud. Por un lado, está Carlos Sainz quien tras su segunda temporada con los de Maranello, ha mostrado tintes de ser un serio candidato, pues tras lograr su primera victoria en Silverstone, se ha quitado un peso de encima y ahora puede concentrarse en sumar puntos importantes para el equipo.
Sin embargo, no es la prioridad de la escudería italiana como no los han expresado en múltiples ocasiones, ya sea por radio, estrategia o en mejoras en el monoplaza; desplazándolo como segundo piloto y escudero, limitando así, sus aspiraciones rumbo al título de pilotos.
La principal apuesta e insignia del equipo Ferrari es Charles Leclerc, quien al inicio del calendario se encaminaba como el favorito a lograr su primer título y así darle una alegría a todos los tifosi del mundo, algo que ni los múltiples campeones como Fernando Alonso y Sebastian Vettel pudieron conseguir.
Como recordaremos, el monegasco obtuvo buenos resultados al inicio de la temporada, mientras que Max (el actual campeón) tenía problemas de fiabilidad en su auto al igual que Sergio "Checo" Pérez, su compañero en RedBull, dándole una gran ventaja que, en aquel momento, se veía difícil de remontar.
Con un auto sólido y una gran dupla de pilotos, el "Cavallino Rampante" era el nuevo equipo a vencer, sin embargo, tal parece que cantaron victoria antes de tiempo y sus aspiraciones rumbo a los campeonatos se desvanecieron rápidamente.
Como el ave Fenix, RedBull resurgió de las cenizas y empezó a recuperar terreno, tanto Max como "Checo" empezaron a posicionarse en los primeros puestos, sumando valiosos puntos para los títulos; mientras que en Ferrari todo lo contrario, empezaron a tener problemas de fiabilidad, estrategia, pero sobre todo Charles, no ha podido soportar la presión, a tal grado que ha cometido increíbles errores que lo han relegado a alejarse del campeonato, algo que Verstappen ha sabido aprovechar.
Es así como Leclerc ha perdido toda oportunidad de cumplir su misión y deberá esperar un año más para tratar de arrebatarle el título a Max; pues solo un milagro o una tragedia ayudaría al joven de Ferrari a coronarse en la máxima categoría.