Retomo arqueología del jueves pasado. Al “federalizar” por primera vez la preparación, control y desarrollo de las elecciones federales, la Ley Electoral Federal (LEF) de 1946, que abrogó la de 1918, dispuso que la vigilancia del proceso electoral en la elección de los poderes Legislativo y Ejecutivo de la Unión se efectuaría a través de una Comisión Federal de Vigilancia Electoral (CFVE) antecedente remoto del INE, con sede en el DF.
Inaugurando una larga cadena de innovaciones administrativas, la CFVE se integraba por el Secretario de Gobernación, que la presidía, y otro miembro del Gabinete; un Diputado Federal y un Senador, nombrados por sus respectivas Cámaras; el notario más antiguo de la Capital sería el Secretario. Concurrirían también dos comisionados de los partidos políticos nacionales, nombrados de común acuerdo por todos los existentes. Si no había acuerdo, los comisionados del Ejecutivo y del Legislativo señalarían los partidos que asistirían “cuidando que… fueran los más importantes del país.”
Aunque la iniciativa presidencial proponía también dos comisionados de la Suprema Corte, dicha representación fue eliminada durante la dictaminación y en el pleno.
Según el dictamen, la CFVE sería el medio para integrar las Comisiones Locales en los Estados, en las cuales “ya no habría ninguna persona perteneciente a la administración pública”. A su vez, ellas integrarían los Comités Distritales, “que tienen directamente la iniciativa (control) en el proceso electoral”, pues eran los que lanzaban una especie de convocatoria para el arranque de éste.
A su vez, dichos órganos Distritales, igualmente integrados por personas ajenas a la burocracia, designarían a los directivos de las casillas “lográndose… desplazar de las manos de las autoridades municipales esa función.”
La propia LEF decía que la división territorial en distritos, la formación del padrón y de las listas electorales y su revisión y conservación, así como la expedición de credenciales electorales, quedaban encomendadas a un órgano técnico con autonomía administrativa, denominado Consejo del Padrón Electoral, antecedente remoto, quizá, de la actual Comisión Nacional de Vigilancia del INE. Lo presidía el Director General de Estadística y concurrían el de Población y el de Correos.
En 1951, una nueva Ley abrogó la de 1946. Una nueva Comisión Federal Electoral (CFE), las Comisiones Locales y Distritales y las Mesas Directivas de Casilla serían los organismos que tendrían a su cargo la preparación, el desarrollo y la vigilancia del proceso electoral. La nueva CFE se renovaría cada 3 años, se integraría igual que en 1946, pero ahora con 3 representantes partidistas y para que pudiera funcionar, la Comisión debería contar con por lo menos 4 de sus integrantes.
En sustitución del Consejo del Padrón, se creó también el Registro Nacional de Electores, antecedente directo de la actual Dirección Ejecutiva del Registro Federal de Electoras y Electores del INE (arts. 45 al 59). Le cuento más en entrega subsecuente.
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