Un grupo interdisciplinario de expertos encabezado por el Instituto Politécnico Nacional (IPN) analiza la disminución de la productividad y diversidad de especies del Golfo de California, ocasionada por el incremento del calentamiento superficial del océano a nivel mundial, que desde 2014 se ubicó en promedio en 0.9 grados centígrados, lo que afecta la pesquería, y la cadena alimenticia de los ecosistemas marinos.
El doctor Jaime Gómez Gutiérrez, investigador del Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas (CICIMAR) del IPN, y científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de Estados Unidos determinaron que el fenómeno ha afectado la actividad pesquera, que, representa aproximadamente el 70 por ciento de la captura total en el país, y tiene un impacto económico en 11 millones de personas que viven alrededor de la zona.
A nivel global, se incrementó hasta un 50 por ciento los días en que se registran inusuales ondas marinas de calor, generando problemas ecosistémicos como la desoxigenación y acidificación, que repercute en organismos más pequeños del fitoplancton y zooplancton, así como especies que los depredan y que se encuentran en niveles tróficos más altos (calamares, peces, aves, tortugas, mamíferos, entre otros).
Como consecuencia de este fenómeno, los océanos son menos productivos porque se forma una barrera en la mezcla de agua, afectando la eficiencia del intercambio vertical de calor, carbono, concentración de oxígeno disuelto y nutrientes, hecho que causa menos abundancia del fitoplancton que daña a los organismos que se alimentan de especies del plancton, base de la trama trófica.
Además, el cambio en la estructura de los ecosistemas del Golfo de California también ha sido consecuencia de las actividades antropogénicas, es decir, por la pesca costera.
A partir de 2010, el ecosistema ha presentado un incremento en la temperatura del océano, lo que provocó la captura de calamares gigantes de menor talla promedio (enano) por falta de alimento y altas temperaturas en las pesquerías de Guaymas, Sonora y Santa Rosalía, Baja California Sur, apuntó el científico del CICIMAR.
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