Columnas
Vimos el enfrentamiento entre las selecciones mexicana y hondureña por el pase a la Copa Oro, la verdad es que ambas escuadras son malas, malísimas a cuál más, dignos representantes de la peor zona futbolística del mundo. Pasó la mexicana en el estadio Nemesio Diez que se estuvo lleno (aún falta mucho para que la afición abra los ojos y no se deje engañar). En fin, según lo visto en el partido de ida en San Pedro Sula a los futbolistas mexicanos les falta espíritu y temple, son de mentalidad frágil y se quiebran rápidamente ante la menor adversidad, a lo que hay que agregar que suelen ser muy poco profesionales. Históricamente ha sido así y hay muchos ejemplos, aquí un par sólo para que no se nos olvide:
A finales de 1973 Haití fue sede del torneo clasificatorio para el mundial de Alemania 74. Por entonces la CONCACAF sólo tenía un lugar, de manera que el ganador del Campeonato de Naciones sería el representante de la zona, los demás a su casa. La selección mexicana llegó sobrada y menospreciando a los rivales, pensando que sería un paseo. Pero no fue tal, pues desde su arribo a tierras haitianas los verdes se vieron inmersos en un ambiente cargado de hostilidad por parte de la afición local, lo cual era lógico y natural. Se decía que había poderosas influencias vudú para dañar a los mexicanos, lo que no debía afectarles en absoluto. Sin embargo, varios jugadores comenzaron a sufrir “lesiones” o “enfermedades” que los dejaron fuera. México terminó con cinco titulares en la banca. ¿Acaso fue efectivo el vudú? ¡Claro que no!, la verdad es que el día anterior al encuentro con Trinidad y Tobago, que sería el definitivo (bastaba con ganarlo), los seleccionados tuvieron un mega reventón que se prolongó hasta las cuatro de la mañana y llegaron al partido crudísimos y chance hasta medio briagos, en la mejor tradición llanera. El resultado: 4-0 en favor de los caribeños, que le dio a Haití la preciada clasificación (terminó el mundial en el lugar quince de dieciséis).
Varios años más tarde, en 1981, se jugó en Honduras la Copa de Naciones de la CONCACAF, clasificatoria para el mundial de España 82. En este torneo se vio una de las peores selecciones mexicanas de todos los tiempos (¡y vaya que hay de dónde escoger!), aunque prensa, dueños y afición daban por hecha la clasificación. En el momentoculminante, frente a El Salvador, en medio de un ambiente infernal y adverso contra los mexicanos, éstos se resquebrajaron molidos a patadas y faltos de espíritu. Los centroamericanos ganaron 1-0, obteniendo su boleto al mundial junto con Honduras.
El periodista Manuel Seyde, siempre mordaz y sarcástico, en vista de la personalidad apocada, pusilánime y derrotista que los futbolistas mexicanos solían mostrar en torneos internacionales, bautizó a la selección como los “Ratones Verdes” (para mí siguen siendo ratones, pero ahora millonarios). Hay que aceptar que el futmex es malo, la historia lo demuestra. Pero no todo está perdido, hemos ganado torneos mundiales en categorías inferiores, lo que significa que algo se podría hacer, siempre y cuando nos deshagamos de los actuales dueños del balón.