@onelortiz
Sirvan las equivocadas e injustas declaraciones del Presidente Andrés Manuel López Obrador respecto a la UNAM, para reconocer y recordar las aportaciones de Nuestra Máxima Casa de Estudios.
Hablar de la institución, de la comunidad y de sus autoridades. Como institución la UNAM es la principal universidad mexicana y una de las mejores del mundo. Su esencia es el conocimiento científico y humanístico, la libertad de catedra, la tolerancia, la pluralidad y la autonomía universitaria. Cumple cabalmente con sus funciones de enseñanza media superior y superior, investigación y divulgación de la cultura.
La UNAM ofrece 131 carreras en las áreas de las Ciencias Físico-Matemáticas y de las Ingenierías; Ciencias Biológicas, Químicas y de la Salud; Ciencias Sociales y Humanidades y Artes. Cuenta con 31 sedes, en la CDMX y estados de la República. Sus egresados tienen un alto compromisos social y sentido humanista.
La comunidad universitaria es plural. Conviven todas las tendencias políticas e ideológicas con libertad y respeto. Desde los años sesenta, el pensamiento de izquierda y progresista es predominante en la comunidad universitaria.
Que ingrato no recordar que fue la movilización y el voto de los universitarios lo que potenciaron las campañas de Cuauhtémoc Cárdenas en 1988, 1994 y 2000. Que gracias a nuestros votos AMLO ganó la jefatura de gobierno del DF. Que ingrato olvidar el apoyo de los universitarios para evitar su desafuero y para limpiar la elección de 2006; que votamos por el en 2012 y por supuesto, contribuimos a su triunfo en 2018.
¿Dónde estuvo la comunidad universitaria ante el neoliberalismo? Estuvo en las calles y plazas defendiendo la educación publica gratuita en 1987, en 1992 y en 1999; solidarizándose con los rechazados y apoyando las causas más nobles del pueblo de México.
Después de Javier Barros Sierra y Pablo González Casanova, los rectores, particularmente Jorge Carpizo, José Sarukhán, Francisco Barnés y José Narro, intentaron privatizar a la UNAM, fracasaron.
Aún a ellos no puedo negarles su carácter de auténticos universitarios. En el marco de la autonomía, dejemos que sea la propia comunidad quien defina el rumbo de su transformación.
Mi gratitud con la UNAM es infinita. ¿Cómo no la voy a querer? Me proporcionó una profesión de la cual vivo honestamente; me abrió las puertas del conocimiento, del arte, de la ciencia, de la cultura y del deporte. De mis maestros, de todas las tendencias políticas e ideológicas, aprendí el valor de la crítica y la tolerancia; mis amistades y amores trascendentes los conocí en la UNAM.
Que nadie le pida a un universitario tomar partido entre él y la UNAM. Sus egresados siempre estaremos del lado y actuaremos en defensa de nuestra Universidad, por lo que vale y por lo que nos entregó.
La política es de bronce.