Por Elena Chávez
Una tormenta más se le avecina a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México que, de no saber manejarla, podría convertírsele en una tempestad y perder la mayoría que actualmente tiene en el Congreso local. Los “fichajes” que está haciendo el dirigente estatal de su partido además de ofensivos para la ciudadanía representan lo que tanto les disgusta: tener otra vez dentro a los corruptos y caciques con los cuales todos iniciaron su aventura política.
Quien piense o crea que será el dedo presidencial de Andrés Manuel López Obrador quien decidirá las candidaturas para alcaldes y diputados locales anda totalmente perdido, el primer mandatario no se meterá en la designación de candidatos como no se metió cuando Marcelo Ebrard fue jefe de Gobierno, su tiempo y espacio son para concretar sus sueños y más después de haberse enfermado de Covid-19.
La responsabilidad de seleccionar a quienes harán campaña por Morena será exclusivamente de Sheinbaum, por lo que un descuido o una mala señal a los ciudadanos de esta gran urbe le costará pérdidas tanto en alcaldías como en el Congreso; los defeños somos más politizados y a decir de muestreos de casas encuestadoras el partido guinda no la tiene fácil.
Quienes vivimos en la Ciudad de México, la gran mayoría, no está contenta con los resultados que en dos años ha dado la administración de la morenista, primero, porque no ha logrado quitarse la dependencia de Palacio Nacional y, segundo, porque la pandemia y las acciones emprendidas para enfrentarla han generado una crisis económica y laboral de grandes dimensiones.
Si además se le suma los continuos errores de varios miembros de su gabinete y la ineptitud con la que su directora general del Sistema de Transporte Colectivo Metro ha dirigido este importante medio de transporte público la situación se le presenta no guinda sino oscuro.
Agréguele la ineficacia con la cual han legislado los diputados de su partido, a excepción de unos cuantos, las posibilidades de arrasar en las urnas en junio próximo están francamente débiles.
Y si lo anterior les pareciera poco, entonces hay que preguntarle a la mandataria ¿cómo es posible que quieran meter a su casa a alguien como lo es Julio César Moreno?, el cacique de Venustiano Carranza que acepta “moches” de vendedores de todos los grandes mercados con los que cuenta la alcaldía.
Para Sheinbaum hay dos alcaldías de gran relevancia, Tlalpan que gobernó y Coyoacán que es para Morena el diamante de la Corona. En esta última ni Bertha Luján, ni Carlos Castillo o Ricardo Ruiz la ganan, quien puede ser más competitiva es la diputada Leticia Varela, quien como presidenta de la Comisión de Seguridad del Congreso ha puesto especial interés en proteger a los coyoacanenses. Un mal tino y pierde el juego.