La pandemia es el tema cotidiano de los habitantes del planeta, es la plática y práctica obligada con nuestros seres queridos, amigos, compañeros de trabajo, entre otros círculos sociales en los cuales nos desempeñamos. Al pasar el tiempo se están diferenciado dos patrones de comportamiento, el primero, es el aislamiento social extremo, las personas no salen de su casa, normalmente usan agentes químicos de manera constante afectándoles su piel, están atentos a mensajes y noticias generándoles ansiedad extrema y reforzando su decisión de evitar todo contacto; el segundo patrón es el de los laxos, no toman ninguna medida cuando salen, saludan de beso, abrazan, no traen cubrebocas o lo llevan puesto inadecuadamente, e incluso llegan a pensar que la pandemia es un invento.
Quisiera referirme a la necesidad de tener un punto de vista equilibrado el cual nos permita retomar la convivencia social necesaria bajo la nueva normalidad, para ello me referiré a las medidas señaladas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Secretaría de Salud de México, las mismas que nos han mencionado desde el principio de esta pandemia.
Sana distancia, México recomienda metro y medio, la OMS recomienda un metro, es decir, si extiende su brazo con su mano y la persona con la cual va a platicar hace los mismo, están a una distancia de muy bajo riesgo de contagio; además, sí aúna el uso de cubrebocas entre los dos prácticamente el riesgo desaparece.
Lavarse las manos frecuentemente, es porque sin querer manipulamos infinidad de superficies tales como el respaldo de una silla, nos apoyamos en una mesa, tocamos manijas de una puerta, etcétera; si por alguna razón estamos fuera de un lugar que nos conste está limpio hay posibilidad de virus en esa superficie, al tocarlas nos podemos llevar el virus a nuestra boca o a los ojos que son la vía de contagio.
La limpieza constante de superficies; las gotículas de alguien contagiado al hablar caerían en cualquier área. Simplemente lavar con jabón, cloro u otro desinfectante elimina el riesgo de contagio.
Por último, el cubrebocas, el tema más polémico, por lo menos en América ya que tres de los líderes de los países más importantes fueron renuentes a usar este tipo de mascarillas por considerarlos inútiles; técnicamente hablando no evitan un contagio, pero masivamente hablando, si evita la propagación del coronavirus; curiosamente son los países con más contagios en el mundo.
Las medidas para la reactivación económica están orientadas a cuidar lo señalado en los párrafos anteriores; además de sumar prevenciones como filtros sanitarios con control de temperatura que ayudan a identificar a posibles fuentes de contagio y así mitigar la propagación de la pandemia.
EN POSITIVO, podemos tener reuniones de convivencia social con familiares y amigos; siempre y cuando seamos rigurosos de guardar las medidas señaladas, un distanciamiento social de dos metros permite una plática sin cubrebocas, no abrazos, no contacto físico, pero el hecho de vernos en persona nos alimenta y refuerza nuestra salud mental.