Por Francisco De Villa y Clemente Romero
La administración pública federal se ha visto envuelta en recortes draconianos y eliminación de proyectos en centenares de áreas, sumado a las enormes cargas de trabajo, cada vez mayores, para las personas funcionarias públicas que la integran.
Persiste la gran pregunta: ¿cómo podría concluir este gobierno y qué deberían hacer quienes gobernarán a partir de 2024? Para facilitar el debate, enfoquémonos en una secretaría, la de Relaciones Exteriores, y el rol que tiene el Servicio Exterior Mexicano [SEM].
El SEM es la única institución que ha dado a México un premio Nobel. Mario Molina se hizo en los centros de investigación de Estados Unidos y Octavio Paz se hizo así mismo. Alfonso García Robles ganó el Premio Nobel de la Paz en 1982, gracias a su trabajo diplomático en el SEM de más de cuarenta años. La diplomacia mexicana ha tenido que enfrentar grandes retos derivado de la creciente complejidad internacional, es importante que se redoblen esfuerzos para evitar los problemas que se han denunciado en redes sociales así como en diversos medios de comunicación, principalmente los que tiene que ver con pasaportes y servicios consulares.
En los últimos tres años, el Canciller Marcelo Ebrard ha participado, en cierta forma, en la compra de pipas, vacunas, asuntos de política interior y los demás asuntos que le ha encomendado el Presidente. En la misma semana en la que Relaciones Exteriores concede refugio a niñas, mujeres, periodistas afganos y sus familias perseguidas por los talibanes y se admite a trámite una demanda contra la industria armamentística de Estados Unidos; las autoridades responsables de la seguridad pública del país, repelen a centenares de familias centroamericanas y caribeñas que buscan refugio en México.
Hace unos días el Canciller Ebrard dejó en claro que hay una diferencia entre las personas que buscan refugio y asilo [caso Afganistán], de los migrantes económicos [caso Centroamérica]. Sin embargo, es importante tener presente que miles de personas de nacionalidad hondureña, salvadoreña o nicaragüense, huyen del acoso de banda criminales y grupos políticos, que por brutalidad e intransigencia, poco difieren de los talibanes y no se les puede discriminar en la protección y defensa de sus derechos humanos.
Faltan tres años y consideramos que la agenda internacional no puede olvidar que la política exterior debe de mantener un equilibrio entre la seguridad de los connacionales y la protección de los derechos humanos de todas las personas. Tampoco se puede olvidar los importantes compromisos internacionales en materia ambiental. Tenemos en puerta la importante conferencia sobre el cambio climático a realizarse en unos meses en Glasgow, Reino Unido. Otro tema relevante de los próximos meses será el rol que México tendrá, como miembro del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, en la probable crisis humanitaria en Afganistán.
En conclusión, nuestro país se fortalecerá en el escenario internacional si cumplimos con nuestros compromisos internacionales. Para ello, requerimos que el país aproveche al máximo al personal del SEM con amplia experiencia internacional para cumplir sus fines. De lo contrario, podemos perder oportunidades.