Daniela Méndez
Paulina Arenas, académica de la Facultad de Psicología (FP) de la UNAM, afirmó que “En la sociedad actual, los padres de familia carecen de una estructura emocional fortalecida para orientar y dar afecto a sus hijos, principalmente a los adolescentes, lo que se refleja en jóvenes con marcada ausencia de respeto hacia las figuras de autoridad”.
La psicóloga, comentó “estamos en un mundo muy distinto al de hace 20 años, y eso es normal porque las sociedades son entes vivos y cambiantes; el problema radica en que, en la búsqueda de mayor autonomía, las nuevas generaciones desafían a las autoridades con las que conviven cotidianamente”.
Paulina Arenas, agregó que “en los primeros años de vida, los padres deben marcar las pautas para que sus hijos tengan una conducta deseable dentro de la sociedad. Sin embargo, entre los adolescentes de hoy, incluso a edades más tempranas, “vemos jóvenes en crisis, no sólo por la etapa de desarrollo que viven, sino por la convivencia con figuras de autoridad desgastadas, inciertas, confusas y ambivalentes; adultos que carecen de firmeza y oscilan entre posturas autoritarias o demasiado permisivas”.
Por ello suelen tomar decisiones autoritarias, sin una apertura al diálogo. Tienden a ser impositivos para ejercer control, cuando éste debe ser moderado, con cierta flexibilidad para abrirse a la postura del otro.
La doctora, resaltó que “cada vez es más común ver papás que no están dispuestos a ayudar a sus hijos a transitar de la mejor manera los primeros años de la adolescencia”.
En la mayoría de los casos, el problema de los jóvenes con las figuras de autoridad se origina en la familia, y es en ese mismo entorno donde se deben brindar soluciones, pues ahí se cambian o restablecen las pautas de interacción para tener individuos capaces de tomar decisiones de manera más autónoma y empática.
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