Hace unos días, el prestigioso e influyente periódico, The New York Times, dio a conocer uno de los “arrebatos” tan frecuentes del expresidente Donald Trump, cuando le preguntó al entonces secretario de Defensa, Mark T Esper… “sería posible que lanzáramos misiles a México para destruir los laboratorios de droga y acabar con los cárteles del narcotráfico”. Esta anécdota es una pequeña probadita del contenido del libro que mañana 10 de mayo, se comenzará a vender en todos los Estados Unidos bajo el título de “A Sacred Oath” (Un juramento sagrado), escrito por el muy cercano colaborador de Trump. Mark Esper, narra que después de escuchar la pregunta simplemente se quedó sin palabras.
Este pensamiento no era tan raro para el inquilino de la Oficina Oval, escribió, Esper… “gente de la misma casa presidencial comenzó a esparcir el rumor (que nunca pude comprobar) de que el jefe de las fuerzas armadas, el presidente, podría hacer mal uso de ellas, en noviembre de 2020, el día de las elecciones, obligando a que los soldados confiscaran urnas”.
Donald Trump, ese hombre tan proclive a generar el caos, el desorden o la confusión, ¿llegaría a esos extremos? no lo podremos nunca saber, pero con el sólo hecho de que existan rumores al respecto, en verdad que hay que espantarse, pero sobre todo los ciudadanos deben estar muy consientes que este hombre está intentando de todo para volver a obtener nuevamente la candidatura presidencial para competir en 2024. ¡Todo un peligro, ni duda cabe!
Hay que recordar que, Mark Esper fue el último secretario de defensa confirmado por el Senado bajo la admiración de Trump y en este libro describe y reconstruye algunos episodios clave de esa época presidencial, incluidos algunos que son desconocidos o poco explorados.
En la entrevista que este militar y hoy escritor concedió al New York Times se lee… “me sometí al proceso estándar de autorización de seguridad del Pentágono en busca de información clasificada y envié mis escritos a más de dos docenas de generales de cuatro estrellas, algunos miembros del gabinete y otros, para que evaluaran su precisión y equidad, antes de entregar sus memorias para la publicación”.
En una primera revisión del libro, Esper, describe una administración que fue superada por el objetivo único de alcanzar la reelección. Pensé incluso en renunciar, sepárarme de mi encargo en varios momentos, pero había tanta gente que le susurraba al presidente ideas muy peligrosas que tomé la decisión de permanecer al frente de tan importante posición para evitar que algunos de estos “arrebatos” prosperaran.
Mark Esper en ningún momento se reconoce como un héroe, solamente dice haber cumplido con el juramento constitucional que hizo.
Cada uno está en la posibilidad de creerle o no.
@ncar7