La difusión que otorgaron los medios públicos a la movilización promovida por el presidente Andrés Manuel López Obrador, muestra el trabajo en conjunto que realizan de mano del Gobierno de México.
Y es que el bombardeo de lo que pareciera propaganda a través de la información, muestra el ejercicio del poder puro, con la premisa de que el poder radica en hacer que el otro haga lo deseado.
En ese sentido sería inocente pensar que el movimiento de la Cuarta Transformación no ocupará las facultades y herramientas para mantenerse en la opinión pública.
Pero, estrictamente me remito al hecho de que, no por tratarse de medios públicos la agenda debe ser marcada por la administración en turno, ya que impera la línea editorial en favor de la población, abordando en su mayoría temas culturales, deportivos, y no de tinte político - electoral.
Llama la atención la estrategia mediática del presidente López Obrador, quien por medio de la misma a diario controla la llamada “agenda setting”, de qué se puede o no hablar. En tanto, este sistema le da el beneficio de estar en constante campaña en la cual demuestra las fortalezas y beneficios la Cuarta Transformación, al tiempo que deja en la lona a la oposición, mientras que los medios públicos y de carácter privado se ven en el entendido de seguir el flujo de la información, en este caso propuesta por el primer mandatario.
Es así como la movilización de este domingo mostró al “tigre” que respalda al presidente Andrés Manuel López Obrador, el llamado cuarto poder, los medios de comunicación. Hecho que me lleva a otro cuestionamiento, ¿de verdad los medios tienen poder hoy en día?
Mi opinión es que no, los periódicos, radios, y televisoras no cuentan con una mínima oportunidad de proponer un tema ajeno a la agenda presidencial, porque López Obrador tiene un punto a su favor, las personas valoran el que sea el propio presidente quien “informe” de lo que acontece en el país, sienten un mandatario más cercano, honesto.
Además de la honestidad, la realización de movilizaciones es más que mostrar el músculo, es recalcar ese “acercamiento” con el pueblo, el caminar hombro con hombro con las personas de todas las clases sociales, ponerse al “mismo nivel”.
Todo lo anterior no sería posible por sí solo, puesto que en el pasado los propios medios, incluso públicos no cubrieron con tanta minuciosidad las marchas del ahora presidente. Y justamente es esta cobertura quirúrgica la que refrenda la imagen del presidente, destacando y magnificando cada uno de las acciones del primer mandatario y su gobierno, hecho que resulta en el posicionamiento de su aceptación entre las personas, quienes se informan a través de los medios públicos, reforzando el filtro de información propuesto desde Palacio Nacional.