El domingo pasado el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador anunció un plan de emergencia a raíz de la pandemia. Inició su alocución diciendo: “Amigas y amigos, a pesar de lo que está ocurriendo, no se detendrá la transformación de México. Son más nuestras fortalezas que nuestras debilidades. Y son más los ciudadanos que apuntan al cambio que los que buscan el retroceso”.
La frase de entrada dice todo y nos deja con la boca abierta, desde el inicio un discurso frío y vacío, que sin duda muestra que a la 4T poco le interesa la pandemia. El presidente está ensimismado. Lo único que le importa es su proyecto personal, que hoy no es el de los mexicanos. En un momento donde el país entero esperaba palabras de unidad y de aliento ante esta crisis, no encuentra eco en el gobierno.
¿Y ahora cómo creerle a un presidente insensible?, que en días pasados nos dijo que la pandemia del coronavirus le había venido como anillo al dedo a la 4T, algo que ofende a los familiares de las personas muertas, víctimas de esta enfermedad y a quienes hoy se encuentran contagiadas y luchan por su vida.
El presidente habló de una “fórmula” que estaba aplicando para sostener esta crisis transitoria, y dijo que se basa en tres factores: “Mayor inversión pública para el desarrollo económico y social, empleo pleno y honestidad y autoridad republicana”.
Y más adelante dice que se dispondrá de un fondo de 35 mil millones de pesos para entregar créditos personales de 20 mil a 56 mil pesos por crédito, en beneficio de 670 mil trabajadores al servicio del estado. Qué bueno que les dé estos créditos, pero ellos no son los más afectados por el coronavirus, ellos no dejarán de ganar un sueldo al quedarse en casa por la contingencia, en cambio para los que viven al día, los que hoy si no trabajan no comen, no se ve un apoyo claro que son más del 85 por ciento de los mexicanos.
Qué bueno que el presidente hable de mayor inversión pública, pero ¿omitió algo? ¿Dónde están los empresarios, que también son mexicanos o no? Ellos son los que invierten en nuestro país y generan empleos para los miles de mexicanos. Pareciera que hoy ser empresario para el presidente es sinónimo de corrupción, lo cual es lo más injusto y falso, se le olvida al gobierno que quienes en las buenas y en las malas han sido los que han generado los empleos de este país han sido los empresarios, no es momento de excluir a nadie, todas las manos son necesarias para reconstruir a México, es momento de sumar y no de restar.
#JUNTOSSOMOSMÁSFUERTES