Columnas
¿Sabe usted cuántos automóviles con placas de la CDMX han “huido” a Morelos o el Estado de México en los últimos diez años? No hay cifra oficial. Pero rondan los dos millones: basta caminar por cualquier colonia de clase media para ver autos nuevos con placas foráneas, conducidos por capitalinos que prefirieron cambiar de entidad, antes que enfrentar el laberinto kafkiano de los trámites vehiculares en la ciudad.
¿Por qué huye la gente del sistema de movilidad capitalino? Fácil: porque en la CDMX no puedes verificar tu auto si tienes multas pendientes. Si no puedes pagar (o impugnar con éxito), tampoco puedes circular. Entonces te multan otra vez. Y si quieres salir del hoyo, te ofrecen un camino rápido: darse de baja en la ciudad y emplacar en otro estado.
Paradójicamente, hoy es perfectamente legal hacerlo, aunque tengas miles de pesos en adeudos. El sistema te castiga mientras permaneces… y te perdona cuando te vas. ¿No es eso una forma de premiar la evasión? La jefa de Gobierno Clara Brugada debe preguntarse: ¿por qué seguimos con un sistema que alienta a los ciudadanos a salirse de la legalidad capitalina para refugiarse en la permisividad de otros estados?
En la Semovi, la Sedema y en Finanzas aseguran que todo está en orden. Que hay citas, trámites en línea, y opciones para regularizarse. Pero la realidad es muy distinta en campo: no hay placas,plataformas que fallan, dominan los gestores, y un modelo de control más interesado en recaudar que en servir.
La Agencia Digital de Innovación Pública (Adip), puede tener un papel prioritario en la modernización de los trámites, como lo ha hecho en otras materias, la solución puede ser la app vehicular única. Y como esta, soluciones hay muchas. Por ejemplo, los propios concesionarios de Verificentros, han propuesto —sin pedir un peso al erario— instalar módulos integrales de atención vehicular en sus instalaciones. ¿Los escucharán en la Sedema y la Semovi o los verán con sospecha?
¿Y la Semovi? Mientras presume su agenda progresista —el Trolebús elevado, el Metrobús, la sustitución de microbuses y hasta el Cablebús— ha dejado rezagado lo más básico: los trámites. Esos que afectan al contribuyente promedio. Esos que generan corrupción cotidiana. Esos que se siguen haciendo como en 1998.
El problema de fondo no es tecnológico. Es político, ¿qué costaría establecer que ningún vehículo pueda darse de baja si tiene adeudos pendientes en la CDMX? ¿A quién beneficia que sigan escapando autos con historial de multas, sin dejar un peso a la Tesorería? ¿Lo sabe la jefa de Gobierno?
Y la fuga no se detiene ahí. Cada año, más de cien mil capitalinos compran autos nuevos en la CDMX, pero los emplacan en otras entidades para evadir la tenencia y obtener placas rápidamente. Así, la cantidad de vehículos emplacados en la CDMX se redujo más de la mitad, mientras que los problemas de contaminación y congestión vehicular se incrementaron.
Urge una reingeniería administrativa. Urge que la Sedema, la Semovi, la SSC y Finanzas se sienten y acuerden el nuevo modelo de trámites vehiculares de la Ciudad.
ENTRE GITANOS
DIFUNDIENDO LA ELECCIÓN JUDICIAL
Se acerca un día histórico para México: la elección judicial. Pese a muchos obstáculos, la elección va. Es un proceso nuevo, con baja participación esperada, pero como dijo la presidenta Claudia Sheinbaum, votará mucha más gente que si solo lo hiciera el Congreso de la Unión. Es responsabilidad de todas y todos informarse y participar. Por eso, la difusión es tarea común. Así lo entendieron las y los diputados del Congreso de la CDMX, quienes han promovido activamente la elección. También lo han hecho alcaldes y alcaldesas, aunque una demarcación destaca: Tlalpan. Ahí, cada día se ven promotores informando a la ciudadanía. No es casualidad: es la alcaldía donde Sheinbaum fue jefa delegacional y donde Gaby Osorio, la actual alcaldesa, ha demostrado compromiso y responsabilidad, sobre todo al defender el proyecto. Enhorabuena. No por nada ya suena para el 2030.
*Especialista en Ciencia Política y Gobierno.
avilezraul@hotmail.com