Ayer, 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, naturalmente no pasé lista a mis alumnas de Derecho de la UNAM. Para no avanzar en la clase sin ellas y, al mismo tiempo, para honrar la lucha cotidiana que libran contra el acoso y la violencia. Platiqué con los alumnos sobre la historia de la lucha de las mujeres mexicanas en materia de paridad electoral, que también es una lucha muy importante, larga y heroica que no debemos soslayar.
En 1953, se reconoció en la Constitución el derecho a votar de las mujeres. 40 años después, en 1993, se reformó la ley para sugerirle a los partidos políticos “promover” en sus estatutos una “mayor participación” de las mujeres, postulándolas a más cargos de elección popular. Aquella sugerencia logró que en la legislatura siguiente (1994-1997) llegaran a San Lázaro 70 diputadas (14.1%), mientras que en la previa (1991-1994) solo habían llegado 40 (8.8%).
En 1996, un artículo transitorio de otra reforma electoral ordenó a los partidos “considerar” que las candidaturas no excedieran del 70% para un mismo género. En la legislatura de 1997-2000 llegaron 87 diputadas a la cámara (17.4%).
En 2002, la ley electoral se modificó de nuevo y la cuota se hizo obligatoria (70%-30%); además, por primera vez habría fuertes sanciones para los partidos que incumplieran. Así, la Cámara pasó de tener 80 diputadas (16%) en la legislatura 2000-2003, a tener 120 diputadas (24%) en la legislatura 2003-2006.
En la siguiente, 2006-2009, arribaron a San Lázaro solo 117 Diputadas (un decremento de 0.6%). En 2008, se reformó la ley nuevamente y la cuota creció a 60%-40%. La legislatura 2009-2012 recibió 140 diputadas (28%).
En noviembre de 2011, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación emitió una sentencia histórica. Los partidos ya no podrían eludir o evadir la cuota, simulando como lo venían haciendo (recordemos el caso Juanitas). Como consecuencia directa, el número de diputadas federales de la legislatura 2012-2015 fue de 185 (37% de la Cámara).
En 2014, hubo innovadoras reformas constitucionales que dispusieron que uno de los fines de los partidos políticos es ahora garantizar la paridad en todas sus candidaturas. La paridad había entrado por fin a nuestra Constitución. En 2015, por primera vez, todos los partidos postularon 50% de candidatas y a la nueva legislatura de la Cámara baja (2015-2018) llegaron 211 diputadas (42.3% del total). A la actual legislatura (2018-2021) llegaron 241 Diputadas (48.2%).
En 2019, vino otra reforma constitucional para instaurar la paridad total en los espacios públicos. Ahora es obligatoria en todos los órganos y niveles de gobierno, en los órganos autónomos e inclusive en los sistemas normativos indígenas. Tratándose de autoridades que no se renuevan mediante elecciones, su integración y designación paritaria se irá realizando poco a poco. Vaya lucha. Y esto apenas empieza…