En el escenario actual, donde las democracias enfrentan retos crecientes de legitimidad, participación y representación, se vuelve fundamental repensar nuestras agendas públicas y los mecanismos que las sostienen. Los sistemas políticos contemporáneos, al estar sometidos a una presión constante de cambio y renovación, requieren propuestas innovadoras que involucren activamente a la ciudadanía. En este contexto, la presente colaboración pone sobre la palestra una actividad que incentiva el ejercicio de democracia deliberativa intitulado: “Ocotlán 2050”, Mesas de Diálogo que, surgen como una iniciativa visionaria, promovida por un colectivo ciudadano comprometido en construir espacios de encuentro y corresponsabilidad. Esta iniciativa pone en el centro valores socioemocionales que no solo promueven el desarrollo humano integral, sino que también buscan reforzar los lazos comunitarios necesarios para enfrentar las complejidades sociales actuales. Así, el proyecto se erige como una plataforma clave para la creación de políticas públicas inclusivas y equitativas.
Desde una perspectiva académica y multidisciplinar, el Centro Universitario de la Ciénega de la Universidad de Guadalajara ha jugado un papel crucial en el impulso de esta iniciativa. A través de la colaboración activa de diversos especialistas, se ha logrado construir un espacio donde la academia-iniciativa privada-ciudadanía-gobierno, convergen para formular respuestas innovadoras a los desafíos sociales. Por tanto, no solo se persigue mejorar la calidad de vida de los habitantes de la Región mediante la construcción de soluciones colectivas, sino también fortalecer la democracia desde sus cimientos. Al brindar un espacio genuino de participación ciudadana, las "Mesas de Diálogo" legitiman las políticas públicas al alinearlas con las necesidades reales de la población a partir de cuatro pilares: Desarrollo Económico; Infraestructura; Buen Gobierno y Comunidad. Este enfoque integrador tiene el potencial de consolidar una democracia más participativa, en la cual los ciudadanos no solo expresen sus preocupaciones, sino que se conviertan en protagonistas activos en la construcción de su futuro.
La importancia de dialogar con el otro es refrendar el contrato social a largo plazo. Lejos de los ciclos políticos tradicionales que se enfocan en resultados a corto plazo, esta iniciativa plantea un horizonte donde actores sociales, políticos y económicos convergen en la creación de políticas públicas centradas en las personas. Esta propuesta se construye sobre una verdad indiscutible: el desarrollo no puede reducirse únicamente a indicadores de crecimiento económico; sino que debe incluir dimensiones esenciales como la equidad, la inclusión y la justicia social.
Este enfoque más integral del desarrollo se refleja en el diseño participativo de las mesas de diálogo. En un contexto donde la construcción de políticas públicas suele realizarse de forma vertical, es decir, desde arriba hacia abajo y con poca participación ciudadana, las mesas de diálogo rompen con este paradigma. Abren un espacio en el que los ciudadanos no solo tienen la oportunidad de expresar sus preocupaciones y propuestas, sino que también participan activamente en la toma de decisiones. De esta manera, se legitiman las políticas que emergen de estos diálogos, ya que se basan en las necesidades reales de la población y no en agendas impuestas desde las estructuras gubernamentales.
La relevancia de esta política radica también en su enfoque en el bienestar social. La calidad de vida de las personas no puede ser entendida solo en términos de ingresos o acceso a bienes materiales. Elementos como la salud, la educación, el medio ambiente, la seguridad, el acceso a servicios básicos y la participación social son dimensiones que deben ser abordadas de manera integral. En este sentido, permiten identificar prioridades a través de la escucha activa de las diversas voces que conforman la sociedad.
El contexto global actual, con desafíos como el cambio climático, la precarización del empleo, la creciente desigualdad social y la fragmentación del tejido social, requiere de soluciones sistémicas y sostenibles. Las Mesas de Diálogo: Ocotlán 2050 representan una respuesta efectiva ante esta complejidad, ya que promueven la participación ciudadana como un recurso indispensable para la creación de políticas públicas integrales y a largo plazo.
Otro aspecto fundamental de este proyecto es la oportunidad que ofrece para repensar la gobernanza local. En muchos municipios, la distancia entre los gobernantes y los ciudadanos es un obstáculo importante para la consolidación de la democracia. Ocotlán y la Región IV Ciénega de Jalisco, tiene la posibilidad de liderar con el ejemplo, demostrando que es posible construir una nueva forma de hacer política basada en la colaboración, la corresponsabilidad y la transparencia. El simple hecho de sentar en una misma mesa a actores diversos para discutir un futuro común tiene un valor inmenso. El diálogo es no solo un mecanismo para construir agendas públicas, sino también un ejercicio que fortalece el tejido social, fomenta la empatía y promueve la búsqueda de soluciones compartidas en un marco de respeto mutuo.
Por tanto, esta oportunidad abona para fortalecer la democracia, construir políticas públicas más legítimas y responder a los desafíos del presente y del futuro. Al centrar su enfoque en el bienestar social y la participación ciudadana, este proyecto apuesta por un desarrollo más equitativo, inclusivo y sostenible. El diálogo es la herramienta esencial para construir los buenos gobiernos del mañana, y Ocotlán ha marcado un camino a seguir para otras comunidades. Al tiempo.
Dr. Magdiel Gómez Muñiz Colaborador de Integridad Ciudadana, Coordinador del Doctorado en Ciencia Política del Centro Universitario de la Ciénega - UDG. Profesor Investigador de Tiempo Completo de la Universidad de Guadalajara @magdielgmg @Integridad_AC