Claudia Bolaños
Los Diputados del Grupo Parlamentario del PRI exigieron, al igual que lo hizo el PRD, que el Gobierno Federal baje inmediatamente las tarifas eléctricas para los usuarios domésticos, agrícolas, comerciales e industriales; que se condonen los actuales recibos bimestrales de los usuarios domésticos de bajo consumo; y que se reduzca el impuesto a la gasolina y el diésel (IEPS) para que bajen los precios de los combustibles.
El precio de la gasolina y el diesel depende del precio internacional del petróleo; de la misma manera que el costo de generar energía eléctrica depende del precio del combustible que se utiliza para generarla.
Ante la caída de los precios internacionales del petróleo, en Texas el precio de la gasolina es 12.4 pesos por litro, mientras que en la CDMX se vende a 19.1 pesos por litro.
Es decir, 65% más cara en la capital del país, que en el vecino estado del norte. Actualmente, hay condiciones mundiales para que la gasolina y el diésel bajen realmente de precio.
Si el Gobierno federal en verdad quiere incidir en la reducción de los precios de la gasolina y el diésel, debe de reducir el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), que actualmente es de $4.95 para la gasolina magna, $4.18 para premiun y 5.44 para el diésel.
“Estos son momentos de solidarizarse con las familias mexicanas. Por ello, proponemos que se reduzca el impuesto a las gasolinas y el diésel a la mitad, para que realmente bajen los precios de los combustibles al consumidor. Ahí está el único elemento que puede hacer el gobierno para reducir el precio de las gasolinas y el diésel, una media que apoyará a la economía familiar y al sector productivo”.