No sé si sólo me pase a mí, pero las declaraciones del subsecretario de Salud federal, Hugo López-Gatell, para justificar las giras masivas del presidente Andrés Manuel López Obrador en plena pandemia por el coronavirus van más allá de mi capacidad de comprensión. Nadie, por más sano que sea, ni por ostentar el cargo político más importante en un país está exento de contagiarse, solo Dios es omnipotente y nuestro primer mandatario no es una deidad. ¿Pues qué fumó?
Cuánta irresponsabilidad en las palabras del funcionario para quedar bien con quien lo nombró vocero ante esta crisis del Covid-19, defender lo indefendible es colocarse la etiqueta de posible responsable de la situación de contagio que pudiera sufrir el presidente mexicano y los ciudadanos llevados a sus eventos para demostrar que su popularidad va viento en popa.
No, señor López-Gatell, el presidente de este país no es Dios, no tiene 40 años ni una salud envidiable para ser inmune ante un virus tan letal como el coronavirus. Por si no lo sabe el jefe del Ejecutivo federal sufrió hace algunos años un infarto que lo tuvo a las puertas de la muerte; además de ser hipertenso y tener 66 años. Usted, con su ligereza, lo pone en riesgo y coloca en estado de vulnerabilidad a las decenas de personas que asisten a sus giras.
Resulta por demás incongruente pedir a la población se quede en casa, se abstenga de abrazar y besar a sus familiares y amigos y si apruebe que quien tiene la responsabilidad de gobernar un país con cerca de 130 millones de personas ande de un lado a otro haciendo lo que usted, doctor López Gatell, prohibió a la ciudadanía.
Tampoco es aceptable su enojo porque se le solicite al presidente López Obrador se haga una prueba medica para conocer si es portador o no del coronavirus, ¿cuál es el motivo para no hacerlo? En todos los países del mundo una mayoría de los gobernantes ya se la hicieron o están en proceso de hacerlo y usted, un epidemiólogo, asegura se está acosando al presidente.
Por si no lo sabe, cualquier figura pública deja de tener privacidad desde el momento de aceptar vender su imagen, imagínese en el caso de un presidente que, como le digo, es responsable de la seguridad de millones de personas. Los mexicanos tenemos todo el derecho a conocer el estado de salud de quien nos gobierna y máxime cuando atravesamos una crisis de pandemia.
En serio, me resulta incomprensible escuchar de sus labios decir que López Obrador no es un factor de contagio porque es poseedor de fuerza moral y para demostrarlo sería excelente se contagiara. Me puede explicar ¿qué tiene que ver una cosa con la otra? Incomprensible por no decir tonto.