Columnas
Sin duda el impacto de los aranceles, los aranceles por sí mismos, son en lo económico el impacto más grave para México, por más que nos pidan cabeza fría y digan en Palacio Nacional que ellos mismos la tienen.
Apenas en diciembre este reportero platicando con los especialistas de un fondo de inversión global como Franklin Templeton, recibió como respuesta a pregunta expresa sobre cuánto impactaría a México esto de los aranceles, que si no pasaba de unos cuántos días o semanas no sucedería gran cosa en el país, pero si se extendía por meses habría que replantearse todo el escenario económico para el presente año, y años venideros.
Así de grave es en lo económico, le apostaron a que Trump no se iba a disparar en el pie, y se disparó en el pie; ellos mismos tienen como mesías y líder moral a un personaje que es una copia exacta de Trump, llama la atención su soberbia pensando que el presidente estadounidense no haría lo que claramente advirtió, Trump no engaña con la verdad, igual que lo hizo quien por 6 años tuvo al país altamente polarizado.
Pero hay algo mucho más grave, de suma gravedad de hecho. Desde la semana pasada el gobierno de Estados Unidos acusó a México se ser una narcoeconomía, la respuesta desde palacio fue la misma: cabeza fría y la aseveración de que no sucedería lo de los aranceles, y si sucediera todos deberíamos estar en calma porque había plan A, B y C........casi casi, plan Z.
El sábado pasado Trump fue más allá y en una declaración histórico no solo por el tema de los aranceles, acusó al gobierno de México de ser un narcogobierno, al servicio de los cárteles del narcotráfico.
Entendámoslo, en ningún momento el gobierno de Estados Unidos, el presidente Trump, dijo que su contraparte mexicana, es decir la presidenta Claudia Sheinbaum, estuviera coludida o fuera parte de los cárteles del carcotráfico, pero sí dijo que el gobierno de México lo era, y eso es muy amplio.
"El narco también es pueblo"; "abrazos no balazos"; "los acusamos con sus mamases y sus abuelitas para que se porten bien"; "Estados Unidos tiene la culpa de la violencia en Sinaloa por llevarse al Mayo Zambada"; "le vamos a exigir al gobierno de Estados Unidos que nos informe sobre el caso del Mayo Zambada"; "No podía dejar de saludar a la mamá del Chapo porque era una anciana y me iba a ver muy mal"; "seguirá mi política de abrazos no balazos porque sí está dando resultados, aunque se burlen".
Y tantas y tantas frases y acciones más que han llevado a sospechar a propios y extraños, dentro y fuera del país, si acaso existe algún acuerdo con los cárteles del narcotráfico. Las sospechas no datan de hace poco pero se han profundizado desde el sexenio pasado.
La acusación es terrible, no es grave sino lo que le sigue, deja al país y al gobierno de México desnudo; se trata de las palabras de uno de los hombres más poderosos de este planeta. Trump puede decir muchas mentiras, sin duda lo hace, así son los populistas y vaya que lo padecimos hace apenas unos cuántos meses, son cínicos, déspotas y mentirosos a más no poder. Pero ¿hasta dónde llega la influencia del narcotráfico en los gobiernos federales, estatales y municipales?, ¿cómo demostrar que no es cierto que más de un tercio del territorio nacional está bajo su control? Porque la única prueba hasta ahora es la palabra bendita del mesías tropical negando todo.
¿Cómo dejar claro que no es el narco el que manda si mantenemos contra viento y marea en el poder estatal de Sinaloa al impresentables Rocha Moya?; asumiendo que de verdad no tenga absolutamente nada que ver con el cártel que domina en su estado, debería de haber salido del poder desde hace mucho por ineficiente, para decirlo suavecito, por llevar a su estado a la anarquía, por permitir que un narco de altos vuelos anduviera por todo Sinaloa a sus anchas y él como si nada. Tuvo que llegar un grupo de operaciones especiales del ejército de Estados Unidos, similar al que mató en Pakistán a Osama Bin Laden, para extraer a este narco, desatando en efecto la guerra entre facciones del Cártel de Sinaloa, y dejando al gobierno del estado y del país atado de manos porque no se sabe hasta dónde son cómplices.
La acusación es devastadora, demoledora. Trump se disparó en el pie, si es que eso es de verdad cierto, pero más allá de los efectos económicos, abre dos frentes de guerra que pueden devastar a México. La guerra es comercial y de seguridad, y en ambos frentes México tiene las de perder, por más planes con los que contemos.
Adelante, vamos a llenarnos de nacionalismo barato, todos a unirse en torno a la presidenta, gritemos ¡México!. Cuando terminemos con eso, ojalá nos pongamos a pensar en lo mal que estamos, ojalá como ciudadanos no permitamos la instalación de un narcogobierno si no queremos ver perdido al país. Las próximas generaciones nos van a juzgar, por ahora la imagen que tenemos es la de una sociedad que a cambio de un programa social permite todo. Pobre México.
Todos los lunes, antes de las 8:00 a.m., participo con Jesús Aguilar en Factor 96.1 con temas de tu interés y del trabajo legislativo. San Luis Potosí el mejor Estado de México.
— Héctor Serrano (@HectorSerranoC) February 10, 2025