El sábado 7 de mayo informó que, por error, un controlador de tráfico aéreo del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), dio instrucciones a dos aviones de Volaris en la misma pista, uno que iba a despegar y otro que iba a aterrizar, esto pudo causar una colisión y un desenlace fatal.
Dos días después del incidente, el gobierno federal y las compañías aéreas acordaron solucionar el problema del reordenamiento del sistema aeroportuario de la capital del país, trasladando 25% de sus operaciones al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y al de Toluca, en un plazo de 12 meses a partir de agosto próximo.
Lo anterior, para quienes conocen el tema, no es una solución, ya que el caos se mantiene porque tanto el AIFA, el AICM y el aeropuerto de Toluca comparten el mismo espacio aéreo, que se controla desde la torre de la terminal capitalina y, eso no ha cambiado, todas las operaciones seguirán dirigiéndose desde ahí.
El rediseño del espacio aéreo del Valle de México, para incluir a la base aérea de Santa Lucía como aeropuerto civil e integrarlo al Sistema Aeroportuario Metropolitano, esta desordenado y se ha evidenciado la falta de capacitación de los controladores aéreos, lo que pone en riesgo a los usuarios.
Expertos han dicho que este nuevo diseño tiene graves errores, ya que en la reconfiguración del espacio aéreo “se olvidaron de cosas básicas como es poner patrones de espera para los vuelos que van a Santa Lucía”.
El capitán Suárez Valdez, vocero de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA), ha dicho que el espacio aéreo se llenó de aerovías, que funcionan bien en condiciones climáticas idóneas, pero es importante tomar en cuenta que las condiciones climáticas cambian. No podemos perder de vista que en la Ciudad de México llueve con frecuencia, soplan vientos y en ocasiones cae granizo, y mucho se ha dicho que el nuevo AIFA tiene un gran problema con los vientos. Además de lo anterior, el nuevo rediseño aéreo se puso en marcha durante la pandemia, justo cuando disminuyó el flujo de vuelos.
Los expertos han dicho que una de las posibles soluciones para el nuevo diseño del espacio aérea, sería crear rutas de escape, para ser utilizadas por los pilotos en casos de emergencia, o de cambios climáticos.
Especialistas han dicho que el diseño anterior del espacio aéreo era mejor, ya que con el actual, el piloto y los controladores tienen que ver el mapa y no lo saben interpretar, ya que se ajustaron las alturas alrededor de Santa Lucía, porque antes los aviones se metían en patrón de espera ahí, pero ahora ya no se puede hacer esto porque estaría interfiriendo en el espacio aéreo del Nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, y peor aún se olvidaron de poner patrones de espera para los vuelos que van a Santa Lucía, estos ajustes en los mapas no los pueden interpretar los actuales controladores de los vuelos, ya que no están calificados, se sabe que el personal que esta a la cabeza de los controladores carece de preparación, de ahí los recientes incidentes.
Es urgente el rediseño del espacio aéreo por especialistas, no queremos lamentarnos por no haber actuado adecuadamente.