Retrocede el Estado de Derecho en México

Columnas viernes 20 de mayo de 2022 -

Sin Estado de Derecho, se pierde la gobernanza, se resquebraja el pacto social y se debilita todo sistema democrático. Peligrosamente nos acercamos a la ingobernabilidad por la contracción de los espacios ciudadanos, el acotamiento de la acción cívica y la pérdida de contrapesos al poder público. Nuestro país fue reprobado en casi todos los rubros que valora el World Justice Project. El deterioro del Estado de Derecho se mantiene igual o peor en 26 de las 32 entidades federativas. Guerrero, Morelos, Quintana Roo, Ciudad de México y el Estado de México fueron las peor evaluadas y en una escala del 0 al 1, no llegamos, como nación, siquiera a la mitad de la tabla.

A pesar de la narrativa oficial que insiste en que se erradicó la corrupción -incluso presume y ondea el pañuelo blanco-, las mediciones internacionales señalan que ha fracasado la lucha anticorrupción y ello afecta el Estado de Derecho. Al estancamiento en las medidas contra la corrupción se suma el debilitamiento de los contrapesos institucionales en los gobiernos estatales y el deterioro en los sistemas de justicia penal y civil.

Es evidente la sumisión que hay en las administraciones de la 4T de los poderes legislativo y judicial, lo que impide la vigencia del Estado de Derecho, además de los problemas de orden y seguridad que prevalecen por la violencia que genera el crimen organizado -a pesar de las estadísticas oficiales que ponderan disminuciones históricas. El debilitamiento del Estado de Derecho también se nota en el menoscabo de la participación de la sociedad civil, de los partidos políticos y de los medios de comunicación para acotar el poder público.

También estamos reprobados, por cuarta ocasión, en cumplimiento regulatorio, gobierno abierto, el cierre de espacios cívicos, así como deterioro en el sistema de justicia penal y civil. Hay que recordar que, a la ineficacia y corrupción de las policías, los ministerios públicos y jueces, se debe sumar la impunidad del 96 por ciento que priva en nuestro sistema de seguridad y justicia.

De tal suerte que, por cuarto año consecutivo, reprobamos en el índice de Estado de Derecho. Una de las banderas electorales de la 4T fue el combate a la corrupción, lo que le permitió capitalizar el humor social, el hartazgo de la gente cansada de las corruptelas gubernamentales; pero con el paso del tiempo, la 4T salió igual o peor que los neoliberales. Se ha vulnerado el Estado de Derecho, al cual se suma la pérdida de gobernabilidad por las acciones del crimen organizado como generador de violencia, corruptor de autoridades de seguridad y justicia y nuevo factótum del poder público. Las autoridades comienzan a perder la gobernanza y la sociedad civil es excluida de los espacios de participación. Difícilmente en los próximos dos años podremos avanzar en el índice de Estado de Derecho, mientras el gobierno no retome el mando de las políticas públicas, realmente se combata la corrupción y se respete el marco legal que posibilita los contrapesos al poder público, dando su lugar como actores políticos a los legisladores, ministros, magistrados y jueces para que apliquen la ley y protejan los derechos de la gente y no del poder. Solo así se recobrará el Estado de Derecho que tanto necesitamos.

Apostilla: A propósito del papel que juegan los medios de comunicación, muy triste el que tienen en el proceso electoral en Tamaulipas. Lejos de difundir las propuestas de los candidatos, buscan denigrar y mal informar con fake news. Es el caso de medios locales y nacionales que difunden noticias falsas filtradas por el gobierno de Tamaulipas mediante cuentas falsas como el Dallas Chronicle, “página digital” de efímera existencia que pretendió desprestigiar al puntero, Américo Villarreal.