AFP
Al imponer restricciones al gigante estadounidense de los semiconductores Micron, China alza el tono frente a Estados Unidos en un pulso tecnológico alentado por las tensiones diplomáticas.
Varios analistas consultados por AFP consideran, no obstante, que el margen de maniobra de Pekín quizá sea limitado, siendo su prioridad la de reimpulsar la segunda economía mundial, debilitada por tres años de política anticovid.
El de los microchips es un sector altamente estratégico que da vida a la economía mundial moderna, pues se encuentran en las bombillas LED, las lavadoras, los autos o los celulares inteligentes.
Pero los que fabrica Micron "presentan problemas potenciales para la seguridad de las redes", lo que pone en riesgo "la seguridad nacional de China", señaló el domingo el organismo chino encargado de ciberseguridad, que instó a "los operadores de infraestructuras que trabajan con datos sensibles de China" a dejar de comprarlos.
En respuesta, Washington dio cuenta de sus "muy serias preocupaciones".
La víspera, los dirigentes de los países del G7, reunidos en Hiroshima (Japón), habían advertido en contra de cualquier intento de "coacción económica", en una alusión velada a las prácticas de China.