Si no son, cómo se parecen

Los gobiernos de México en cuando menos los últimos 50 años no dejan de ser iguales, todos cortados por la misma tijera, aunque sean de distinto color.

Su fracaso en una materia esencial para cualquier estado ha llevado a México a la peor era de inseguridad en la historia del país; México es la única nación en el planeta entero en la que, sin estar en guerra, las muertes violentas superan casi todas las causas por fallecimiento, es un sonado fracaso y son tan estúpidamente soberbios que nada ni nadie los hace cambiar, al grado de burlarse de las masacres, como lo hizo el "rayito de esperanza".

Una bola de gobernantes que van desde inútiles, hasta soberbios y cómplices de los criminales, han dejado este baño de sangre que no tiene visos de parar en el plazo inmediato, ni en el mediano plazo y quién sabe en cuánto tiempo más.

Una buena forma de hacer algo sería aceptando la ayuda de quienes nos pueden ayudar, entre ellos nuestro vecino y principal potencia mundial. Aunque ya lo dijo el propio Ken Salazar, en el sexenio pasado rechazaron esa ayuda, en este seguramente también lo harán, total, si somos casi 130 millones de mexicanos qué más da que exterminen a unos cuantos millones, carne para el voto hay y de sobra con tanta pobreza e ignorancia.

Apenas hace poco Estados Unidos tuvo que poner un "hasta aquí" y extraer o secuestrar al legendario narcotraficante que amenazaba con llegar a la tumba sin haber pisado nunca una cárcel, y heredar su imperio criminal a otros iguales o peor que él. Aunque lo segundo sucedió de cualquier manera.

Como respuesta, la indignación de un estado mexicano inútil y cómplice, que todavía se atrevió a señalar que la culpa de la violencia en Sinaloa era de Estados Unidos, por atreverse a capturar al "señor Zambada", para que no se enojen en Palenque por usar su apodo.

Ahora, con el regreso del "energúmeno naranja" a la Casa Blanca, se abre la posibilidad de que los cárteles mexicanos sean considerados como "grupos terroristas", con consecuencias terribles para esta bola de malnacidos, sería demoledor en muchos sentidos y sin aportar por su exterminio porque eso es muy complicado, sí cuando menos su aberrante poder podría disminuir al grado de significar menor problemas para este pobre país. Y en México los cómplices del gobierno están indignados, qué tragedia, son cómplices desde hace muchos años, aunque antes cuando menos guardaban las formas, hoy ya ni siquiera eso..

Todo puede suceder con el presidente Trump a partir del 20 de enero de 2025, e incluso antes. ¿Y qué dicen las autoridades mexicanas?, que no es posible eso, no es posible ni se debe declarar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas porque no lo son. Vaya

¿No decapitan a sus víctimas?, ¿No usan coches bomba en sus acciones criminales?, ¿No masacran a familias o grupos enteros?, ¿No matan a mujeres y niños?, ¿No han desplazado a poblaciones enteras por el terror que infunden?, ¿No usan miles de millones de dólares producto de sus acciones criminales para financiar sus crímenes?, ¿No han acabado en muchos lugares con los pocos servidores públicos que se atrevieron a negarse a sus caprichos?, léase Chilpancingo más recientemente, ¿No están armados hasta los dientes la gran mayoría de ellos?, con armamento digno de un ejército regular o cuando menos de algunas columnas o destacamentos militares de cualquier región del país. ¿No incendian lo que pueden y cuando pueden como represalia contra sus víctimas?, ¿No son capaces de formar a sus adversarios disminuidos y desarmados y fusilarlos?, ¿No utilizan los sistemas financieros de este y muchos otros países para lavar sus ingresos producto del veneno que venden y que aniquila a miles o millones de personas en el mundo?

Y así nos podemos seguir con las preguntas y las pruebas de que si estos grupos no son grupos terroristas, cómo se parecen.

Mientras se mantenga la estupidez y el interés de otros grupos y personas que no son terroristas pero con sus acciones fomentan el terrorismo y se vuelven cómplices, habrá muy malas noticias para el país, aunque se hayan largado a descansar a Palenque muy "orgullosos y satisfechos", vaya forma de restragarle a los mexicanos su soberbia y narcisismo.

Lamentablemente, todo indica que no habrá cambios relevantes en la estupidez gubernamental. Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de este cáncer llamado "clase política", de todos los colores, olores y sabores.