El nuevo Tribunal de Disciplina Judicial representa una institución sin precedentes directos en nuestro país. Y que sustituirá al actual Consejo de la Judicatura Federal, creado tras la reforma judicial de 1994, cuya función era la administración del Poder Judicial, incluyendo la designación, evaluación, vigilancia y disciplina de sus integrantes.
Este nuevo órgano que se crea tras la reforma judicial, en cambio, asume la importante tarea de juzgar a los jueces y magistrados del poder judicial e incluso a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, con el fin de garantizar que quienes accedan al Poder Judicial cumplan con los requisitos de imparcialidad, objetividad, capacidad técnica y profesionalismo que se requieren para una correcta impartición de justicia. La finalidad de este nuevo órgano de disciplina es buscar asegurar que todas y todos los mexicanos tengan garantizado su derecho de acceso a una justicia real, pronta y expedita, buscando además erradicar la cultura del formalismo que ha impedido que los tribunales sean espacios donde verdaderamente escuchen y protejan a la ciudadanía.
Las funciones de este nuevo tribunal se dividen en dos grandes áreas: la primera es la capacitación y evaluación de quienes integren el Poder Judicial, para asegurar su preparación y profesionalismo; y la segunda es la vigilancia y supervisión del desempeño de jueces y magistrados, mediante la investigación de denuncias de irregularidades en el actuar de los jueces y magistrados que estos cometan por la falta de imparcialidad, incongruencia, demoras injustificadas o cualquier conducta que obstaculice el acceso real a la impartición de justicia.
La relevancia de este tribunal radica en que su labor de vigilancia y supervisión, pues, será clave para asegurar que el actuar de jueces y magistrados se apegue a lo establecido en la Constitución y las leyes, con el objetivo adicional de buscar la sensibilización de los nuevos integrantes del poder judicial ante las realidades sociales del país. Esto debido a que, la justicia no debe reducirse a una fría técnica jurídica, pues los casos están profundamente ligados con valores esenciales para las personas como la libertad, el patrimonio y la estabilidad familiar.
Por todo ello, es fundamental que la ciudadanía participe activamente y acuda a votar en la elección de quienes integrarán este tribunal. El futuro de la justicia en México está en manos de quienes decidan con su voto qué personas tendrán la enorme responsabilidad de vigilar al Poder Judicial y asegurar que sus integrantes actúen conforme a derecho, con ética y sensibilidad social. Y conseguir asi un acceso real a una justicia pronta y expedita y que la sociedad tenga un tribunal que realmente los escuche y proteja.
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