Columnas
Hace unos días estaba en una taquería a la que acudo cada que el antojo me vence, lo queocurre con bastante frecuencia; mientras disfrutaba de uno de tripa bien dorada escuché casualmente la conversación de dos clientes acerca del entonces próximo enfrentamiento entre los “gigantes” (el entrecomillado es mío) de la CONCACAF en la final de la Copa de las Naciones de dicha confederación, México vs Estados Unidos. Uno de ellos expresaba que en realidad no le importaba, pues hacía tiempo que no seguía los avatares del equipo tricolor, en vista de que no se trabaja bien, de que no están los mejores jugadores en la cancha, de que ya estaba harto de que siempre perdieran de muy mala maneta, de su falta de actitud y, en fin, que ya le valía un cacahuate la selección. Debo decir que en los últimos meses he escuchado comentarios similares y que en pláticas con amigos y conocidos cada vez es más frecuente enterarse sobre el abandono de la selección por parte de la siempre sufrida afición mexicana, la cual da la impresión de que finalmente está abriendo los ojos.
Días después se dio el encuentro de marras y como era más que previsible, los gringos borraron del terreno de juego a los mexicanos y se confirmó lo que todo mundo sabe desde hace muchísimo tiempo: que Estados Unidos es muy superior futbolísticamente y que estamos estancados, sin posibilidad alguna de mejoría en el corto y mediano plazo. La afición azteca radicada en el país del dólar, siempre fiel y entusiasta, salió del estadio de los cowboys triste y decepcionada una vez más. Es cada vez más palpable y notoria la pérdida de apoyo hacia la selección entre los aficionados, muy en especial entre los que viven en México.
Creo que se ha llegado a un punto en el que la gente se percata del engaño que significaesta selección mediocre conformada por un grupo de fracasados, pero eso sí que gananmucho dinero. A pesar de los esfuerzos de los medios de comunicación, empeñados en vender la imagen del equipo tricolor como un conjunto competitivo que hará un gran papel en la Copa América de este año y en el mundial tripartito de 2026, la realidad no cuadra con el discurso. Es como si nos dieran un platillo supuestamente gourmet y al probarlo tuviera un sabor horrible y desagradable ¡guácala! La desbandada de aficionados crece sin parar, incluso en Estados Unidos, donde ya hemos visto síntomas que deberían ser muy preocupantes para los dueños del balón.
Pero parece que estos señores no se enteran y sólo piensan en el futuro inmediato y en la ganancia fácil y rápida, es por ello, por ejemplo, que la selección juega más en los USA que en su propio país. Entre los aficionados que viven aquí se va perdiendo el arraigo y la apatía crece. Si no se hace nada para corregir las muchas anomalías que terminan por reflejarse en la cancha, la selección perderá el lugar especial que siempre ha tenido en el corazón de los aficionados.
Todos los lunes, antes de las 8:00 a.m., participo con Jesús Aguilar en Factor 96.1 con temas de tu interés y del trabajo legislativo. San Luis Potosí el mejor Estado de México.
— Héctor Serrano (@HectorSerranoC) February 10, 2025