Tantas cosas se han dicho desde la detención en Estados Unidos del extitular de la Sedena Salvador Cienfuegos, de estar involucrado con el crimen organizado que ahora ya no se sabe quién es el héroe o el villano en esta historia, lo cierto es que no se le debe al presidente Andrés Manuel López Obrador la liberación del militar, sino a que la justicia estadounidense no tuvo las pruebas suficientes para condenarlo.
El caso se les cayó de las manos y por ello envían a México a quien fuera el jefe del Ejército en la administración de Enrique Peña Nieto, para que aquí sea la Fiscalía de Alejandro Gertz Manero quien dé seguimiento o investigue si Cienfuegos tuvo complicidad o no con capos de la droga.
Lo curioso y en lo que nadie ha reparado es que el exjefe de las fuerzas armadas hoy acusado fue condecorado por su trabajo militar en Estados Unidos apenas unos años atrás y hoy ese mismo gobierno lo acusa de narcotráfico. Incongruente ¿no?
Lo sucedido con el general Cienfuegos sí deja en entredicho el trabajo de inteligencia del gobierno de la cuarta transformación, ¿cómo es posible que el general Audomaro Martínez Zapata, director general del Centro de Inteligencia Nacional no se diera cuenta de lo que iba a suceder en Estados Unidos con el exsecretario de la Defensa del gobierno peñista?
¿Qué va a pasar ahora? En mi opinión, nada. Es decir, la Fiscalía General de la República hará el teatro de emprender una investigación contra Cienfuegos para darle gusto a los seguidores del presidente López Obrador que creen y aseguran condenarán al militar por narcotráfico.
Si en Estados Unidos no tuvieron las pruebas para condenarlo menos las tendrán aquí; tampoco querrán aventarse un pleito con un militar de tan alto rango porque indirectamente estarían vulnerando y golpeando a la institución que más ha abrazado el presidente mexicano: el Ejército.
Es mentira que los buenos oficios del canciller mexicano, Marcelo Ebrard hayan sido los que liberaron al general Cienfuegos, tampoco es cierto que México haya ejercido presión al gobierno del todavía presidente Donald Trump para que soltaran al militar y lo enviaran a nuestro país a ser investigado y en su caso juzgado si se le comprueban los delitos imputados en Estados Unidos.
Hoy leo en las redes sociales que el secretario de Relaciones Exteriores manifiesta que el logro de la liberación del general Cienfuegos se debe a la gran relación de cooperación y amistad entre Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador, nada más falso, no hubo pruebas serias y fuertes en contra de Cienfuegos.
Y a todo esto, ¿qué estará pasando por la cabeza del exsecretario de la Defensa Nacional? De este hombre de rostro duro e inexpresivo se dicen muchas cosas, entre ellas que no es fácil de amedrentar y regresará a limpiar su nombre y su honra.