Viento fresco en combate a la corrupción

Respeto a quienes piensan que la lucha contra la corrupción nació hace 3 años. Respetar no es coincidir. Aquellas personas convencidas de que el esfuerzo por transparentar el ejercicio del poder y dotar de ética la actividad de gobierno es reciente, desconocen la hoja de ruta que Platón construyó para hacer frente al problema en su obra La República.

Sin embargo, lo que sí hay son nuevas formas de abordar y enfrentar el fenómeno y eso es una buena noticia. Igual que con la función policial -por décadas sustentada en vocación y que hoy es una profesión- combatir la corrupción dejó de ser una postura de rechazo a la disfunción y opacidad en las tareas de Gobierno (y la relación de éste con los particulares para fines contrarios para los que exige la ética del Estado) para transformarse también en una actividad profesionalizada que exige sólidas herramientas metodológicas, sistematización y doctrina.

El Instituto Nacional de Ciencias Penales (INACIPE) amplió su oferta académica para ofrecer una maestría especializada en el diseño de políticas anticorrupción. El objetivo de la Maestría en Políticas Anticorrupción es “otorgar capacidad crítica y objetiva para analizar las causas e incentivos que inducen al uso desviado del poder y demás comportamientos que deriven en prácticas de corrupción, así como las graves repercusiones de los actos corruptos en el Estado de Derecho”, de acuerdo a lo que señala el plan de estudios.

Busca en sus egresados capacidad de diseñar y promover la implementación de políticas públicas de identificación, prevención, control y persecución de carácter administrativo y/o penal de actividades de esta naturaleza, para asegurar la transparencia en la actividad gubernamental en el manejo de presupuestos públicos para la asignación óptima de los recursos escasos y de una política de bienestar social.

A lo largo de dos años, los alumnos se forman en temas como: metodología del estudio de la corrupción, teoría política, derecho penal, organismos e instituciones nacionales e internacionales que intervienen en su combate, tipologías de la corrupción, administración pública, introducción al derecho procesal penal, delitos por hechos de corrupción y contra la administración de justicia, políticas públicas y sociedad civil, análisis económico del derecho, economía del crimen, prevención y persecución del delito, derecho administrativo sancionador, marco jurídico internacional de represión penal anticorrupción, transparencia, contratación pública, delincuencia organizada, prevención del lavado de dinero, ética y empresa, sociedad civil organizada y recuperación de activos productode la corrupción.

Su amplio temario abarca todos los ángulos que un problema tan complejo requiere. Representa además una alternativa distinta en la búsqueda de soluciones que no sean de gabinete o discurso, sino de aplicación práctica en tiempos en que se busca optimizar el uso de los instrumentos jurídicos existentes para la regulación, prevención y sanción de conductas que atentan contra el buen funcionamiento del Estado.

El pasado 7 de octubre egresó la segunda generación de esta maestría. En su mayoría, hombres y mujeres que laboran en instancias fiscalizadoras del gobierno federal, pero también docentes universitarios, abogados particulares y administradores de empresas, entre otras profesiones.

Las y los egresados están a la altura del reto y tienen el privilegio de ser pioneros en el aprendizaje de las mejores prácticas en el tema; son viento fresco en el combate a la corrupción, en tiempos en que se requieren acciones eficaces, no discursos polarizantes ni aofrismos imposibles de instrumentar, como aquel de que “las escaleras se barren de arriba hacia abajo”.

Enhorabuena, maestras y maestros en Políticas Anticorrupción, y un reconocimiento al INACIPE por su aportación al combate a este flajelo que tanto ha dañado a México.